Cuando Barjola falleció en Madrid en diciembre del año 2004 tras caerse de la escalera desde la que estaba culminando una de sus obras gigantes de 5x4 metros, estaba preparando junto al comisario Luis Rubio una retrospectiva sobre sus pinturas que iba a acoger la capital aragonesa. A pesar de su fallecimiento, Ibercaja y el comisario de la misma prosiguieron con el proyecto hasta ayer, día en que se inauguró la exposición Juan Barjola y su mundo, que se podrá ver en el Patio de la Infanta de la caja de ahorros hasta el próximo 8 de febrero. El jefe de la Obra Social de Ibercaja, Román Alcalá inauguró la muestra acompañado del comisario de la misma, Luis Rubio y del responsable de acción cultural de Ibercaja, José Luis Lasala.

A través de cincuenta y ocho obras originales de Juan Barjola (41 óleos, 7 aguadas y 10 dibujos), la exposición permite adentrarse en el mundo pictórico del artista extremeño "expresionista con un toque surrealizante", explicó Rubio que indicó que la muestra se ha agrupado por series temáticas.

TAUROMAQUIAS Y PERROS

Así se pueden ver las tauromaquias, "metáforas del miedo humano, de una lucha por sobrevivir en la que hay que utilizar la violencia como en el ruedo", los perros desgarradores de Barjola, "imágenes de la miseria humana, reflejo de una realidad presa y amputada" y el mundo femenino, "clara denuncia de la comercialización del erotismo". Pero no son los únicos ya que dentro de los cincuenta y ocho obras también se encuentran, con esa figuración extrema que bien lo relaciona con el expresionismo y Picasso, entre otros, maternidades, bodegones de matadero, relatos apócrifos y hasta una enorme Crucifixión, de tamaño gigante, que Juan Barjola tenía expuesta en su casa.

Y es que, de las 58 obras que se pueden ver en esta exposición de Ibercaja, todas menos cuatro pertenecen a la familia del pintor y es la primera vez que se pueden ver en público. Las otras cuatro son de coleccionistas privados, amigos íntimos del artista extremeño que querían que se expusieran en esta retrospectiva.

De su paleta, Rubio destacó que Barjola utiliza una con colores muy vivos, de colores irreales y con una gran fuerza expresiva. Aunque entre las obras expuestas hay un lienzo en blanco y negro, de una serie que realizó en estos tonos entre finales de los 80 y los 90. Todo, sin embargo, para plasmar en sus cuadros el mundo en el que vive con tristeza y piedad, tan cruel que él no podía aceptarlo.

En Juan Barjola y su mundo se pueden ver obras desde 1935 (una copia de Rembrandt que hizo con apenas 16 años) hasta una del 2004, Antes del espejo, "la última que pintó antes de morir".

Buena prueba de que Barjola es uno de los mejores pintores expresionistas españoles del siglo pasado es que su figura se está estudiando en el mundo anglosajón. Por ello, el catálogo de esta exposición está, por primera vez en Ibercaja, en dos idiomas, en castellano y en inglés. "Podrá discutirse su mérito pero no su contribución a la pintura española. Junto a Saura han sido los grandes de España del expresionismo", concluyó Rubio quien señaló que el hijo de Barjola tiene cientos de obras de su padre en casa que aún no ha podido ordenar y clasificar.