Más de tres meses después de que estallara el conflicto en la ciudad de Marawi (Mindanao, Filipinas), los enfrentamientos continúan y el número de desplazados internos alcanza las 360.000 personas, la mitad de ellos niños y niñas. Más del 80% de los desplazados internos se refugian en casas de familiares y amigos en municipios colindantes a Marawi, cuya situación es también preocupante. El conflicto armado ha cortado el acceso a suministros para cubrir las necesidades básicas de la población y en muchos lugares, la falta de seguridad impide el acceso a las organizaciones humanitarias.