El Ejecutivo autonómico volverá a convertirse este año en el primer actor de la cooperación descentralizada aragonesa para el desarrollo si se atiende al monto total presupuestado para tal fin, tras unos años desbancado a la segunda posición por el Ayuntamiento de Zaragoza.

El Consejo de Gobierno aprobó en su sesión de ayer el plan anual de la cooperación aragonesa para el desarrollo para este 2018, cuyo presupuesto asciende a 4.098.600 euros, lo que supone un incremento del 50% con respecto al año anterior, en el que la inversión fue de 2,7 millones de euros.

Según fuentes del Gobierno de Aragón, este incremento «responde a la voluntad de recuperar paulatinamente el nivel de inversión en cooperación para el desarrollo previo a la crisis». Un descenso que, por poco margen de diferencia, convirtió al Ayuntamiento de Zaragoza en la institución aragonesa que más volumen de dinero dedicaba a la ayuda internacional. Y esto, pese a que el presupuesto global del consistorio es bastante inferior al de la comunidad autónoma, con lo cual su esfuerzo presupuestario era aún mayor.

El 30% del presupuesto del Gobierno de Aragón para cooperación irá destinado a proyectos que contribuyan a satisfacer necesidades básicas. El 50% irá a programas que incidan en el desarrollo económico y social de los pueblos, y a otros de formación y asistencia técnicas en iniciativas de comercio justo. El 10% del dienero irá para ayudas de emergencia y humanitaria y, finalmente, otro 10% será para educación y sensibilización y para la formación de cooperantes voluntarios aragoneses que colaboren en programas de desarrollo.

Una de las novedades del plan anual es que Cuba, Mauritania y Haití entran a formar parte de las prioridades geográficas de la cooperación aragonesa.

Además, este año se empezará a aplicar la Estrategia Aragonesa de Educación para el Desarrollo y la Ciudadanía Global, cuya redacción finalizó en diciembre del 2017 tras un amplio proceso participativo. Hasta su finalización en el 2023 se promoverán acciones para generar una ciudadanía aragonesa crítica, activa y comprometida con una sociedad global más justa.