-Normalmente, son las oengés las que acuden a las empresas con peticiones de colaboración. Pero esta vez ha ocurrido al revés, y son los empresarios representados en Cepyme Aragón quienes se han acercado a Cruz Roja con una propuesta. ¿Cómo ha sido?

-Cepyme no es una entidad social pero conoce perfectamente cuál es el tejido empresarial de Aragón, cuáles son sus problemas y cuáles sus necesidades. Y, a través de él, conoce también cuál es la situación real de la sociedad aragonesa. Y lo que no podemos ser es insensibles a una realidad que estamos viendo constantemente, y que son las dificultades por las que están atravesando muchísimas personas que, como consecuencia de su falta de formación, o como consecuencia de haber atravesado una situación complicada en el ámbito personal, o como consecuencia de una ruptura en el ámbito familiar, necesitan apoyo. Cepyme no les puede prestar esa ayuda directamente, pero sí que podemos hacerlo a través de una entidad como Cruz Roja, cuya experiencia y solvencia están sobradamente acreditadas. Esa es la causa de nuestra aproximación a Cruz Roja.

-Usted destacó el pasado viernes, durante la firma del convenio con Cruz Roja Zaragoza, el carácter «único» y «relevante» de este acuerdo, al tratarse de «dos instituciones con los pies en la tierra». ¿Por qué cree que tanto Cepyme Aragón como Cruz Roja Zaragoza están tan bien ancladas al suelo?

-Digo esto por una razón. Y es que Cepyme representa a los autónomos, las microempresas, un gran sector del pequeño comercio, etcétera. Es decir, personas que en su día a día están viviendo la sociedad real, con sus problemas y sus circunstancias. Y, por otro lado, Cruz Roja es la entidad que detecta permanentemente dónde hay problemas dentro de la sociedad. No digo con esto que los demás no tengan los pies en el suelo. Lo que sí afirmo es que Cruz Roja y Cepyme los tienen.

-Además, son dos instituciones que han conocido dos caras, igualmente amargas, de la crisis; Cruz Roja, a través de su trabajo con los ciudadanos más vulnerables; y Cepyme, representando a los pequeños empresarios, que son los que más duramente han sido golpeados por la crisis en los últimos años. ¿Quizás tienen ahí un punto de unión?

-Mire, la crisis se ha llevado por delante un 23% del tejido empresarial. Y ese llevarse por delante implica que en muchos casos ha constituido la ruina económica, familiar y moral del pequeño empresario o del autónomo. ¿Por qué digo esto? Porque hay muchísimas personas que han pasado de llevar una vida normal, con su trabajo y su pequeño patrimonio a, de pronto, verse sin patrimonio, sin trabajo y, en muchos casos, sin familia. Porque son muchos los casos de ruptura familiar motivados por la esta situación que hemos pasado.

-Y, esta sensibilización del tejido empresarial aragonés con las personas en situación de dificultad, ¿qué tipo de acuerdo les ha llevado a suscribir con Cruz Roja?

-El objetivo del convenio es intentar aunar esfuerzos para tratar, en la medida de lo posible, de ayudar a estas personas que a día de hoy están en situación, no digo marginal, pero sí marginada.

-Qué tipo de ayuda le va a prestar Cepyme a Cruz Roja para lograr materializar este acuerdo?

-Intentaremos detectar puestos de trabajo a los cuales puedan acceder personas propuestas por Cruz Roja.

-Pero, además de ese intercambio de información, ¿habrá también alguna labor de apoyo a las personas que participen en el programa?

-Cuando sea necesario, habrá que completar la formación de algunas personas, y tratar de hacer un seguimiento de cuál es su itinerario laboral a partir de ese momento. Porque, evidentemente, una persona que está excluida, en muchos casos, lamentablemente, es consciente de que padece esa exclusión. Entonces, lo primero que hay que hacer es brindarle un apoyo moral y un apoyo formativo para que se pueda reinsertar.

-Y, para desarrollar esos itinerarios de inserción, ¿qué medios ha puesto Cepyme a disposición de Cruz Roja?

-Nosotros tenemos ya un departamento dedicado permanentemente a la inclusión laboral, a la búsqueda de puestos de trabajo y a la puesta en relación de empresarios y aspirantes a ocupar un puesto de trabajo. Lo único que vamos a hacer es reforzar ese departamento y dedicarle con mayor intensidad precisamente a esta acción. Vamos, que no hay que crear nada nuevo.

-¿Qué perfil de empresas son susceptibles de participar en esta inciativa?

-Son sobre todo microempresas y pequeñas empresas que en un momento determinado necesiten un apoyo mediante la creación de un puesto de trabajo.

-¿Y el perfil de los beneficiarios?

-Eso dependerá del tipo de puesto de trabajo. Habrá que buscar a la persona adecuada para cada empleo. Siempre es más fácil eso que no poner en exposición pública a alguien que se ofrece para buscar un puesto de trabajo.

-Pero sí que tendrán en común ser personas en una situación de vulnerabilidad, ¿no es así?

-Eso es lo que intentamos.

-Para las empresas, ¿puede ser enriquecedor abrirse a nuevos perfiles de trabajador?

-Tocar la fibra sensible de empresario siempre es conveniente. No es fácil, pero es conveniente. Y la verdad es que el empresario suele responder cuando se le plantea una situación así, con la garantía de que no se le va a endosar algo que constituya un problema, sino de que se le va a seguir apoyando y cuidando a su lado para que eso llegue a buen fin. Y para eso está el trabajo de los técnicos de Cruz Roja.

-Sin puestos de trabajo, difícilmente habrá inserción. ¿Se está recuperando el mercado de trabajo en Aragón, a pesar de su complejidad y su atomización en pequeñas empresas?

-Se está recuperando muy lentamente. Y, además, hay que decirlo sin triunfalismos, dejando muy clara cuál es la realidad. Se está creando trabajo pero este es muy precario, y no es el deseable. Pero hay que empezar por esto.

-¿Ve visos de una recuperación real, o teme que esta situación de precariedad se prolongue?

-La recuperación va a ser muy lenta.