Antonio Chueca tiene discapacidad intelectual, pero está sobradamente capacitado para trabajar y ganarse la vida por sí mismo. Solo necesitaba una oportunidad para demostrarlo, pero ahora hay muchos vecinos del zaragozano barrio del Actur que ya lo saben. Y pronto lo sabrán muchos más.

La cara de Antonio lleva camino de convertirse en una de las más populares de esta zona de la margen izquierda. Y es que, en la semana y media que lleva trabajando en Koiki, ha llamado ya a muchas puertas para entregar a los vecinos sus compras hechas por internet. Siempre lo hace con una sonrisa y, en estos días de estreno, también con una maceta de regalo, cultivada por sus compañeros de Atades en el centro especial de empleo Gardeniers.

«Empecé el lunes de la semana pasada y me está gustando mucho el trabajo. Es muy entretenido», asegura Chueca. «Y la gente se queda muy sorprendida cuando les entrego también la planta».

Koiki, la compañía para la que trabaja Antonio, no es una oenegé, sino una empresa de innovación social. Se dedica a la entrega y recogida de paquetería en un entorno de proximidad, y lo hace de manera sostenible en términos económicos y medioambientales. Empezó a operar en Madrid y Barcelona a finales del año pasado, y actualmente tiene ya 16 centros operativos repartidos también por Vizcaya, Álava y Gerona. Su próxima apretura será en Cáceres, y a lo largo del año que viene espera llegar a muchas más ciudades.

Desde el pasado 28 de noviembre, opera también en Zaragoza, de la mano de Atades. La fundación ha firmado, a través de su centro especial de empleo Logística Social, un acuerdo de colaboración con Koiki para implementar este sistema de ecomensajería de cercanía en el Actur, aunque su intención es ampliarlo, posteriormente, a otras zonas de la ciudad.

Según Jesús Soto, presidente de Atades, la importancia de la implantación de Koiki en la capital aragonesa reside en que «está contribuyendo a un fin social, que es dar trabajo a las personas con discapacidad intelectual, que se benefician de un salario digno». De este modo, destaca Soto, «estamos contribuyendo a varios fines. El fundamental es la integración social de las personas con discapacidad intelectual. Y el secundario, aunque no por ello menos importante, es que también cuidamos el medio ambiente, ya que en el reparto no se utiliza ningún vehículo contaminante, solo las piernas».

De hecho, Antonio llega todos sus destinos de reparto andando, en bicicleta «o en tranvía, si están un poco más lejos», reconoce. Se estima que por cada paquete que se reciba o envíe a través de Koiki, se ahorra la emisión de 0,42 kilos de CO² a la atmósfera, reduciendo la huella de carbono, el impacto medioambiental y favoreciendo que haya menos ruido acústico, atascos y contaminación en los centros urbanos.

Aprovechando una burbuja

La filosofía de Koiki, empresa social fundada por Aitor Ojanguren, apuesta por un modelo sostenible de paquetería a domicilio y tiene entre sus principales objetivos la inserción laboral de personas en riesgo de exclusión social o con otras capacidades. Ojanguren ha elegido precisamente el sector de la paquetería porque en España se realizan ya cada día medio millón de compras online, y se estima un crecimiento anual del 20%. A medio plazo se van a generar 15.000 nuevos puestos de trabajo en el sector de la logística, y Koiki tiene como objetivo atraer un porcentaje importante de estos empleos.

Pero, ¿cómo funciona este servicio? «Tenemos diferentes tipos de clientes. Si eres un consumidor que vive en el barrio del Actur, tienes que darte de alta en la página web de Koiki y Antonio, de Atades, te llevará las compras a casa», explica Aitor Ojanguren. «Si estás comprando en una web que todavía no ofrece el servicio de Koiki, puedes poner como dirección de envío la de Atades -Clara Campoamor, 25-. Y cuando llegue el paquete, Antonio te llamará y te preguntará que cuándo lo quieres recibir en tu casa. Y lo mismo, pero a la inversa, cuando tú quieras enviar uno o devolverlo», añade.

Pero también las empresas pueden utilizar Koiki para sus servicios de mensajería. «Tenemos un acuerdo con Zeleris aquí en Zaragoza y, cuando una empresa o un particular nos dan un paquete para enviar, nosotros lo recogemos y, a través de esta compañía, lo hacemos llegar a cualquier sitio de España», expone el fundador de Koiki.

Zeleris es una empresa perteneciente a Telefónica que se dedica a la distribución de la mercancía del grupo a sus clientes en España, tanto a particulares como a tiendas. Además, tiene una serie de acuerdos externos, sobre todo en el sector del comercio electrónico. «Lo que más estamos entregando ahora son las compras por internet a particulares», apunta José Antonio López Vázquez, gerente de operaciones de Zeleris en Aragón y Cataluña.

Pero, «en algunos casos», reconoce López, estas mercancías «son complicadas de entregar en ciertos domicilios porque todos los miembros de la familia están fuera trabajando. Por eso nos viene muy bien el servicio de Koiki, porque ellos ajustan los horarios de entrega de las mercancías a la conveniencia del destinatario, y eso es un beneficio para todos. Así, evitamos reclamaciones y atendemos perfectamente el servicio», zanja.

El responsable de operaciones de Zeleris en Aragón asegura que su empresa está recibiendo llamadas de sus clientes «para comentar la simpatía y el carisma de Antonio, algo que nunca suele suceder con nuestros repartidores». Y es el propio Antonio Chueca quien anima «a toda la gente a que use Koiki», porque más personas que, como él, tienen un poquito más difícil que la media lograr su inserción laboral, conseguirán un trabajo.