En unos momentos en los que se habla de recuperación lenta de la economía global, la credibilidad en el gobierno, las empresas, los medios e incluso las oenegés parece estar en entredicho, como refleja el Barómetro de la Confianza 2017 realizado por Edelman en 28 países. Con este escenario, no es de extrañar que una de las principales conclusiones sea que el 53% de los encuestados piense que el sistema les ha fallado, es injusto y ofrece pocas esperanzas para el futuro, y solo el 15% cree que el sistema funciona. Un trabajo que evidencia cómo se acentúa la crisis de confianza de una forma nunca antes vista, pues cae en los cuatro tipos de instituciones que analiza el informe de una forma sin precedentes desde que se realiza este estudio, hace más de 17 años.

Si nos detenemos a revisar las cifras, la seguridad depositada en los medios de comunicación ha bajado un 5%, y se sitúa en mínimos históricos (43%). El gobierno se ha convertido en la institución menos fiable en 14 de los países encuestados, y la fiabilidad en los líderes empresariales también está en peligro: la credibilidad en los CEO cayó 12 puntos, un mínimo histórico que lo sitúa en el 37%. Y, por último, la confianza en las oenegés también ha disminuido, dos puntos menos que en el 2016, un sector en el que tradicionalmente se confía más.

La situación no es precisamente buena. La crisis de valores en la que vivimos, la recesión económica y los escándalos de corrupción han provocado desconcierto en muchos países. El sistema económico que conocíamos hasta ahora se ha derrumbado en cierta medida, y esto se ha traducido en una falta de seguridad, incremento del miedo y en un aumento de los desequilibrios sociales. La sociedad tiene la sensación de que las organizaciones no gubernamentales están actuando como si se trataran de auténticos negocios. Incluso, tememos que hagan un uso inadecuado de los fondos, aspectos que sin duda contribuyen y alimentan esta desconfianza.

Porque hoy aún existen importantes desigualdades: económicas, salariales, de género… que no hacen más que aumentar la desconfianza en el sistema. El último informe presentado por Oxfam Intermón hablaba de «una economía para el 99%», ya que solo ocho personas acumulan tanta riqueza como otros 3.600 millones, es decir, la mitad más pobre de la humanidad. En el caso concreto de España, el 10% de la población acumula alrededor de un 60% de la riqueza nacional, brecha que se ha acrecentado desde el 2008. Lamentablemente, esto no es nuevo, ya que como dijo Obama hace unos meses, «un mundo en el que el 1% de la humanidad controla tanta riqueza como el 99% restante nunca será estable».

Con estas cifras, necesitamos trabajar juntos, tanto empresas, como gobiernos, oengés y sociedad civil. Solo a través de la colaboración público-privada y las alianzas lograremos generar cambios y recuperar la confianza, tan necesaria para vivir en bienestar. Quien tiene más poder tiene más responsabilidad. ¡A trabajar!