Todavía hay racismo, por desgracia, y pese a lo mucho que se ha trabajado, no parece que se mejore", explican los coordinadores de los actos contra la discriminación que tendrán lugar esta semana. Aseguran que la convivencia ha mejorado mucho en los últimos tiempos, pero todavía se tiene que mejorar en el conocimiento mutuo, la mejor cura contra esta enfermedad. Desde la Plataforma ciudadana contra el racismo destacan que es el mejor modo de hacer que se abandonen y se olviden este tipo de conductas. "Convivir con los compañeros de clase, o de trabajo, o en los barrios es la mejor forma de frenar el racismo", dicen.

En todo caso, pese a las evidentes mejoras de los últimos años, desde que comenzó la crisis económica ha habido un paso atrás. "No solo es necesario, por desgracia, seguir apostando por estos días, sino que en los últimos años ha aumentado la necesidad de difusión aunque no haya grandes brotes de racismo, pues se nota más en el día a día", indican. Para ellos, "en la actualidad no solo se vive una discriminación económica, sino que es una culpabilización por la falta de trabajos y un no reconocer su igual derecho a optar a los mismos". Desde la Plataforma indican que la recesión económica que padecemos incrementa el riesgo de proliferación de actitudes racistas y xenófobas que hacen más necesarias, si cabe, políticas educativas y de integración y, por lo tanto, mayor esfuerzo económico para dedicarles a ellas.

En muchos casos, antes de la crisis se recurrió a la población extranjera para mantener la riqueza de las poblaciones y ahora se les ve como un problema y se les discrimina. "Hay una percepción negativa de su presencia, sobre todo cuando los autóctonos tenemos una mayor colchón social y en muchos casos ellos lo estén pasando peor, aunque esta no sea la cuestión principal", explica Katrina Belsué, una de las portavoces de la Plataforma. "La gente asume que la población inmigrante esté peor ya que nosotros lo estamos pasando mal". Otro de los aspectos que han mejorado muy poco es en la integración de los gitanos. Es en lo que menos se avanza "si tus rasgos físicos te identifican como gitano da igual que seas rico o pobre o tengas trabajo o no lo tengas: existen una serie de prejuicios contra ti que ya no te los vas a poder quitar de encima", confirma Antonio Ranera, miembro de la Plataforma.

Las experiencias de primera mano son indicadoras de la situación. "Yo no he tenido episodios de racismo, pero el negro tiene más problemas porque la gente te mira mal y te dan peores trabajos", explica Vanessa Essiben, senegalesa impulsora de una asociación de cooperación al desarrollo. "Es importante manifestarse en el día del racismo para denunciar la situación, especialmente la población de color, pues si no damos la cara nadie lo hará por nosotros", indica destacando la importancia de la visibilidad.

En el caso de que alguna persona sufra un problema de racismo, lo que tiene que hacer es denunciarlo en los juzgados, por el riesgo existente en una comisaría de que apliquen la ley a rajatabla y en el caso de ausencia de papeles iniciar un procedimiento de expulsión. Después, acudir a organismos como Sos Racismo en los que recibirán el apoyo y el asesoramiento necesario.

Movimiento global

El origen del día de lucha contra el racismo se remonta a 1960, en Sudáfrica. En 1966, el Consejo de Seguridad de la ONU decidió conmemorar con este acto los hechos ocurridos en la ciudad de Sharpville, provincia de Gauteng, que fue testigo de la muerte de 69 manifestantes y 180 personas heridas, entre ellos mujeres, hombres, niñas y niños.

La organización del Congreso Panafricano, fundada en 1956, los había convocado en las afueras de la estación de policía de la zona, para hacer una demostración nacional contra la ley sudafricana de "pases y permisos" que controlaba la libre movilización y el empleo de la población negra "temiendo que el grupo se hiciera hostil", la seguridad abrió fuego contra ellos, y aún cuando la gente huía, continuaron disparando.

Fue en la segunda conferencia Pan-Europea de 1966 donde representantes de más de 200 radios y programas comunitarios lanzaron la campaña Voces sin Fronteras con programas, cuñas, jingles y otros sobre racismo y discriminación racial. Esta campaña trascendió a hasta ser la iniciativa global que este semana se conmemora con la ayuda de las asociaciones locales y de la comunidad.

Los medios de comunicación también reciben un toque de atención antes de la celebración de esta semana internacional contra el racismo. En muchos casos el tratamiento mediático de algunos casos fomenta estereotipos erróneos y busca más la espectacularidad de los titulares que el análisis profundo de la situación. "En ocasiones el uso de algunos testimonios se pueden volver contra los inmigrantes", advierte Erik Castro, guatemalteco miembro de la plataforma ciudadana.

De este modo, como todos los años, asociaciones e inmigrantes tomarán las calles para decir que tienen su espacio en Aragón y, dando una visión positiva, destacar que tienen un espacio en el que se siente acogidos.