María Ester Judith Boketale Jhoni tiene 44 años, es de Guinea Ecuatorial y reside en España desde el 2002. Tiene dos hijos «para los que soy madre y padre, los estoy sacando adelante yo sola y me siento muy orgullosa de ello».

María Ester lleva un año y medio en el paro, y la única renta con la que cuenta para mantener a su familia es el Ingreso Aragonés de Inserción (IAI), además de algunas horas esporádicas como empleada doméstica «con contrato -aclara-, pero solo me llaman cuando me necesitan».

Desde que llegó a España, casi siempre ha trabajado en hostelería. «Estuve en varios restaurantes como cocinera y como ayudante, y mi currículum está orientado hacia la cocina. Por eso me llamaron de Cruz Roja para ver si me interesaba hacer este curso», que se enmarca en el proyecto Gira Mujeres Coca-Cola.

Gracias a esta formación espera encontrar trabajo. «A ver si todas las mujeres que estamos estudiando aquí, en la escuela de concina Diorrios, tenemos mejor suerte en el mercado laboral y encontramos un empleo, aunque sea para unas pocas horas, pero que al menos nos dé para comer y pagar los gastos».

María Ester se puso en contacto con Cruz Roja Zaragoza para ver si le ayudaban a mejorar su situación laboral porque ya conocía la organización. Recurrió a sus servicios para la infancia con su hijo mayor, que ahora tiene 18 años. En la actualidad sigue llevando a su hijo menor, de 10.

«Cuando mi situación laboral se vino abajo, empecé a buscarme la vida. Entonces me acerqué a Cruz Roja para ver si me podían abrir algunas puertas y aprender algo que me permitiera mejorar mi futuro laboral». Además, gracias a esta institución puede «hacer actividades con los niños, como excursiones, sobre todo para no quedarme en casa sin hacer nada y dándole vueltas a la cabeza». Por eso «agradezco mucho lo que Cruz Roja está haciendo, porque está abriendo las puertas a muchas mujeres gracias a la formación que nos están dando».