La protección internacional engloba el derecho de asilo, el refugio y la protección subsidiaria. Es el conjunto de las actividades destinadas a asegurar el acceso igualitario y el disfrute de los derechos de las personas, de acuerdo con los instrumentos legales pertinentes, incluyendo el derecho internacional humanitario, los derechos humanos y el derecho internacional de los refugiados.

La protección internacional comienza por garantizar la adminisión de las personas personas solicitantes de la misma en un país de asilo seguro, garantizar el reconocimiento de dicho asilo y asegurar el respeto de sus derechos fundamentales, incluyendo el derecho a no ser devuelto forzosamente a un país donde su seguridad o supervivencia estén amenazadas.

La protección solo termina con la obtención de una solución duradera, como la repatriación voluntaria y en condiciones dignas y seguras al país de origen, la integración en el país de acogida o el reasentamiento a un tercer país de asilo.

Solo se considera refugiados a aquellos nacionales de un tercer país que, debido a fundados temores a ser perseguido por motivos de raza, religión, nacionalidad, opiniones políticas o pertenencia a determinado grupo social, se encuentran fuera del país de su nacionalidad y no pueden o, a causa de dichos temores, no quieren acogerse a la protección de tal país. O un apátrida que, hallándose fuera del país donde antes tuviera su residencia habitual por los mismos motivos que los mencionados, no puede o, a causa de dichos temores, no quiera regresar a él.

El derecho a la protección subsidiaria se otorga a las personas de otros países y los apátridas que, sin requisitos para obtener el asilo, pueden ser asesinados o torturados si regresan a su país.