Solo un 30,6% de los contratos a personas con discapacidad en Aragón se firman en empresas ordinarias. El empleo protegido, a través de los centros especiales de empleo, cumple una importante misión social, pero a menudo se convierte en una medida finalista y predominante (69,4%), en lugar de constituir una vía transitoria, tal como marca la ley.

El pasado año finalizó con un nuevo máximo histórico en la contratación de personas con discapacidad, según el Servicio Público de Empleo Estatal. Así, se contabilizaron en Aragón 2.911 empleos (el 2,64% del total en España), un 20% más que el año anterior. Sin embargo, si se analiza la tipología de estos contratos, el grueso (69,4%, es decir, 2.019) se firmó en el ámbito del empleo protegido, mientras que menos de un tercio (30,6%, u 892) se produjeron en la empresa ordinaria, es decir, en el mercado de trabajo abierto.

Aún así, en comparación con el resto de comunidades, Aragón presenta una proporción de empleo para personas con discapacidad en empresa ordinaria un poco mayor que la media nacional, del 29,4%.

Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, señala que los centros especiales de empleo «cumplen una importantísima misión social, constituyendo una solución que favorece la empleabilidad y el empoderamiento de las personas con discapacidad, pero muchas veces se olvida su carácter transitorio». La preponderancia del empleo protegido «nos lleva a la inquietud de que un sistema de protección transitorio, positivo y necesario, se convierta en una medida finalista que limite el potencial de las personas con discapacidad y perpetúe su exclusión social».