-¿Qué nexo une a las 32 ediciones que Acción Solidaria Aragonesa (ASA) ha celebrado de su ciclo de cine?

-Las relaciones Norte-Sur es el título genérico que siempre utilizó ASA para este ciclo de cine. Se basa en la dependencia entre ambos. En principio, parece que el Sur depende del Norte, pero es una dependencia mutua, aunque el poderío del Norte sobre el Sur es el origen de tanto desastre.

Han pasado 32 ediciones, y en algún momento, ante el avance de la globalización, nos hemos planteado si este título estaba quedándose obsoleto. Pero luego siempre hemos llegado a la conclusión de que seguía vigente, ya que cada vez es mayor esa relación de interdependencia. Aunque decir dependencia es casi un eufemismo. Se trata de una explotación, un expolio, del Norte sobre el Sur.

-ASA puso en marcha el festival el mismo año de su nacimiento, en 1985, y nunca ha dejado de celebrarlo. ¿Tal es el poder del cine para la sensibilización?

-Para nosotros ha sido una herramienta muy importante. Dentro de los objetivos de ASA, la sensibilización es una materia fundamental. Sensibilizar a quienes tienen cierta inquietud sobre los problemas de nuestro mundo es absolutamente necesario, y el cine nos proporciona un momento de reflexión, por eso es una herramienta perfecta para la sensibilización.

-El ciclo, ¿es una ventana abierta al Sur?

-Al principio, todas las películas eran sobre países de Asia, África y América. Pero, desde hace unos años, siempre ponemos una película española o europea porque en los países desarrollados también tenemos mucho sur. En esta edición tenemos una película española perfecta para ilustrar esto. Techo y comida refleja una situación que podría ocurrir en cualquier otra parte del mundo, la de una madre soltera y sin trabajo que no recibe ningún tipo de ayuda para pagar el alquiler y mantener a su hijo de 8 años.

-¿A qué público se dirige el cine fórum?

-Tenemos un público muy fiel que, después de 32 años, en cuanto llega enero, está esperando el ciclo de cine de ASA. Pero cuando programamos no pensamos en ningún público en concreto, más allá de que tenga unas inquietudes por conocer un poco mejor ciertos aspectos de la realidad, y también de enseñarnos a nosotros. Porque, a menudo, el experto que presenta la película, más que hablar, escucha con atención lo que tiene que aportar el público que asiste al coloquio.

-Esta vez, el ciclo se centra en las repercusiones de la crisis sobre la infancia. ¿Les afecta igual en el Norte que en el Sur?

-Decidimos que este año fuera la infancia la protagonista del ciclo porque nos parece que hay poca visibilidad de los niños cuando se habla de la crisis, en plural, no solo de la socioeconómica. Ahora estamos inmersos en plena crisis de refugiados. Vemos las pateras llenas de gente pero, como no aparezca una foto como la de Aylan, que nos conmueva mucho, de los niños apenas se habla.

Ya estemos en España, en Turquía o en Colombia, los niños siempre son la parte más vulnerable de la sociedad, aunque las circunstancias sean distintas. No es igual la precariedad que sufre el niño de Techo y comida que la que tienen que enfrentar los de la película colombiana Los colores de la montaña, cuya pelota ha caído en un campo minado. Pero todos ellos viven en una situación de inseguridad. Todos son vulnerables y sufren las crisis, aunque las causas sean tan distintas como una guerra o una madre sola y desempleada.

-Más que una crisis, ¿no estamos ante una situación de precariedad cronificada?

-Esa es una de las cosas que denuncian todas las oenegés, si no estaremos ante una generación perdida, cuando no de dos. Según el último informe de Cáritas, el 20% de los menores en España está en situación de pobreza. Muchos niños han nacido o se están haciendo mayores en una crisis que empezó en el año 2008, y no ven salida por ningún lado. Esta situación está dejando de ser coyuntural y se está convirtiendo en estructural.

-¿Con qué criterio han elegido las películas para ilustrar el tema?

-En los discursos políticos nunca se habla de infancia. Lo que pretendemos es visibilizarla y mostrar cómo le afectan distintos aspectos de las crisis en contextos diferentes.

La película colombiana tiene el conflicto bélico como trasfondo. Camino a la escuela muestra las dificultades de cuatro niños en distintas partes del mundo para asistir a clase. Mustang refleja la discriminación que padecen las niñas en Turquía…

Cada película refleja distintas facetas de cómo la infancia sufre las crisis en diferentes continentes. ASA es una oenegé de desarrollo que trabaja en África, Asia y América, y queríamos mostrar la realidad que conocemos por nuestro trabajo.

No es un repaso exhaustivo de todos los aspectos de las crisis, ya que hay muchos más problemas de los que reflejan estas películas, pero creemos que es un buen repaso. El resto de los temas irán saliendo en los coloquios.