El control de internet es una de las mayores obsesiones de dictaduras y regímenes totalitarios. Y en ello emplean los medios y recursos que hagan falta. Para hacerse una idea, China, que ocupa el lugar 176 sobre 180 países en la clasificación anual 2017 de Reporteros Sin Fronteras, es una de las mayores cárceles del mundo de internautas. Pekín ha perfeccionado su arsenal de medidas para reprimir a periodistas y blogueros a los que ya no asesinan pero sí mantienen en prisión en condiciones tan infrahumanas que pueden comportarles la muerte. En la misma categoría de China se agrupan otros países depredadores de la información como Irán, Omán o Burundi, en los que el bloqueo de medios digitales independientes es una de las estrategias más empleadas para mantener a la sociedad desinformada.

Desde que las nuevas tecnologías dejaron patente que era imposible frenar la libre circulación de informaciones a escala global, los grandes depredadores de las libertades pusieron en pie la vigilancia digital, consistente en cerrar o bloquear páginas web, suprimir mensajes o censurar las cuentas de medios y periodistas. ¿Qué hacer?

Desde el 2015, Reporteros Sin Fronteras lucha contra este tipo de censura mediante la operación CollateralFredoom, con el fin de recuperar el acceso a medios de comunicación digitales censurados en sus países de origen. La estrategia consiste básicamente en crear sitios espejo, es decir, copias virtuales de las webs bloqueadas. Con esta técnica, RSF desbloqueó diez sitios en el 2015, seis en el 2016 y cinco en el 2017. Se han desbloqueado 24 sitios, entre diarios digitales y páginas web. Este año, con ocasión del Día Mundial de la Censura en Internet (el 12 de marzo), se ha recuperado el acceso a otros tres.

Solo en Burundi, Omán e Irán, tres medios de comunicación independientes seguirán existiendo gracias a la operación CollateralFreedom. La operación se basa en la técnica del espejo, que consiste en utilizar los servicios de alojamiento de empresas como Fastly, Amazon, Microsoft o Google para crear duplicados o espejos de los sitios censurados. Los países enemigos de internet no pueden bloquear el acceso a estos sitios-espejo sin un impacto colateral sobre su propio acceso a los gigantes de internet. De ahí el nombre de la operación, Libertad Colateral en inglés. Gracias a ella, hoy se puede acceder en Turquía, por ejemplo, a webs anteriormente bloqueadas como Özgürüz, del periodista Can Dündar; en Turkmenistán, Azathabar; en Azerbaiyan, Meydan TV; en Qatar, Doha News, y en Arabia Saudí, ALQST.

Con respecto a las tres últimas actuaciones de la CollateralFreedom, desde que comenzó el 2018, se han desbloqueado y vuelven a estar disponibles en internet el semanario burundés Iwacu, uno de los últimos medios de comunicación libres del país, la revista digital Mowatin en Omán y la Majzooban Nor, única fuente de información independiente de la comunidad sufí en Irán y bloqueada desde el 2011.