La explotación y el abuso sexual en la infancia han adquirido dimensiones preocupantes, tanto a nivel nacional como internacional. Así, en septiembre del 2015, 193 gobiernos, entre ellos el de España, firmaron los acuerdos de la Agenda 2030 asumiendo su responsabilidad en la consecución de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Los objetivos 5 y 16 están orientados a eliminar todas las formas de violencia contra la infancia, incidiendo especialmente en la situación de las niñas, principales víctimas de la violencia sexual. Solo en España se calcula que una de cada cuatro niñas y uno de cada siete niños es o será víctima de la violencia sexual antes de cumplir los 17 años de edad (Aspasi). Esta relación que se recrudece en los países en vías de desarrollo. Por ello, debe ser compromiso de toda la ciudadanía que estas medidas se cumplan para garantizar el bienestar de los niños y niñas, independientemente de su color, raza o religión, pues es una condición fundamental para la construcción de una futura sociedad justa y global.

La coherencia de políticas para un desarrollo sostenible e inclusivo requiere modificar los ordenamientos jurídicos nacionales e internacionales para que lleven hacia él. Lo que plasman las leyes es lo que surge del consenso social, y la historia demuestra que son posibles avances en contra de estamentos dominantes, pero eso siempre viene detrás de fuertes luchas de ideas y de acciones.

Ningún colectivo va a propugnar una lucha social para forzar el cambio en las relaciones internacionales. Pero sí hay muchos que han sido sensibles a las palabras de Julius Nyerere, que J. M. Leza suele recordar: «Guardaos vuestro dinero y empleadlo en explicar a vuestros conciudadanos por qué los míos viven así».

Más allá de proyectos de cooperación, es necesaria la sensibilización, la creación de una cultura del cosmopolitismo y la educación para el desarrollo y la ciudadanía global.

Es lo que la Universidad de Zaragoza lleva a cabo a través de su Cátedra de Cooperación para el Desarrollo desde hace diez años.