Recientemente, Unicef alertaba en su informe anual sobre el estado de la infancia en el mundo acerca de la existencia de una brecha educativa y digital que está impidiendo garantizar un futuro de calidad a niños y niñas de los entornos más vulnerables. «Si se aprovecha de la manera correcta y es accesible a escala universal, la tecnología digital puede cambiar la situación de los niños que han quedado atrás -ya sea debido a la pobreza, el origen étnico, el género, la discapacidad, el desplazamiento o el aislamiento geográfico- al conectarlos a numerosas oportunidades y dotarles de las aptitudes que necesitan para tener éxito en un mundo digital. Pero a menos que ampliemos el acceso, la tecnología digital puede crear nuevas brechas que impidan que los niños alcancen todo su potencial», alertaba el documento, publicado por Unicef hace unas semanas.

«ProFuturo es una respuesta a esta preocupación», sentencia Sofía Fernández de Mesa, directora de esta iniciativa educativa, impulsada por las fundaciones de La Caixa y Telefónica. Contra las brechas educativa y digital, ProFuturo enfoca sus esfuerzos en 23 países de África, Asia y Latinoamérica desde julio del 2016. A cierre del 2017, ya eran 5,6 millones los niños que están teniendo la oportunidad de usar herramientas y contenidos digitales para enriquecer su aprendizaje. Y a finales del 2020 serán 10 millones.

«ProFuturo aporta una solución educativa integral que incide en reducir las brechas educativa y digital de los niños y niñas con menos oportunidades, que les ayudarán a afrontar su futuro personal y profesional con dignidad», expone Fernández de Mesa. Se trata de uno de los proyectos de educación digital más grandes del mundo, que nace de un deseo compartido por la Fundación Telefónica y la Fundación Bancaria la Caixa de que todos los niños y niñas del mundo tengan las mismas oportunidades, proporcionando una enseñanza de calidad en entornos vulnerables.

Las dos fundaciones «suman una larga experiencia en el ámbito de la innovación educativa. Ambas instituciones comparten la visión sobre la oportunidad histórica que nos ofrece la tecnología para mejorar la educación de millones de niños y niñas», destaca la directora.

El conocimiento tecnológico de la Fundación Telefónica a lo largo de los años, y la experiencia en proyectos de educación y obra social de la Fundación Bancaria la Caixa son «el binomio perfecto», afirma. «Lo mejor de cada una de ellas, y de sus equipos profesionales, se pone al servicio de garantizar el futuro de las próximas generaciones», añade.

Este ambicioso proyecto parte del convencimiento de que un cambio en la educación es hoy más que nunca una necesidad. Por este motivo, las dos organizaciones aprovechan su experiencia para transformar la educación en los entornos más vulnerables. Eligen hacerlo a través de la educación digital por su experiencia con las nuevas tecnologías, y porque estas permiten llegar a más personas en menor tiempo, adaptando y personalizando la enseñanza a cada entorno de aprendizaje.

Lo que hace diferente a ProFuturo «es que aporta una solución educativa integral, que incluye la formación del profesorado, pieza fundamental, y termina en la mejora del aprendizaje de los alumnos». En medio, esta inciativa «aporta recursos al docente para la gestión de la clase. Y una parte muy importante es que el proyecto está monitorizado mensualmente desde nuestras oficinas centrales, de manera que sabemos si el proyecto está siendo aprovechado y en qué medida. Así aprendemos y podemos rectificar casi en tiempo real», señala Fernández de Mesa.

La propuesta educativa de ProFuturo tiene como sellos de identidad la calidad, la sostenibilidad a lo largo del tiempo y el acceso desde todos los rincones, ya sean zonas vulnerables, rurales, remotas o en situación de conflicto o crisis humanitaria. Para lograrlo, su solución educativa se modula y se adapta a cualquier entorno y contexto, disponga o no de conectividad, y está disponible en español, francés, inglés y portugués, las lenguas oficiales donde está presente el proyecto.

Los contenidos digitales desarrollados para este programa gozan de una gran flexibilidad a la hora de adaptarse al contexto local. Esto se logra trabajando con los gobiernos y las instituciones educativas para alcanzar un consenso entre los planes oficiales y estos contenidos digitales.

Además, desde ProFuturo se evalúan los recursos de los que dispone el colegio en el que se va a implantar el proyecto y se ofrece una solución a la medida de las necesidades de la escuela. El programa ofrece las mismas funcionalidades y experiencia, independientemente del nivel de conectividad del centro.

A las escuelas sin equipamiento ni conectividad, ProFuturo envía unas maletas que contienen un aula digital móvil con todo el material y el software necesarios para su implantación. En los colegios con equipamiento y conectividad, ProFuturo utiliza la tecnología existente para instalar su software, que consiste básicamente en una plataforma de enseñanza y aplicaciones para alumnos. Por último, para los centros educativos con equipamiento parcial, esta inciativa proporciona el software y solo el material necesario, reutilizando el disponible en la escuela. Gracias a esta flexibilidad, ProFuturo llegará a 10 millones de niños en el 2020.