ESTE JOVEN DE 29 AÑOS ES TODO UN EJEMPLO DE INTEGRACIÓN Y CORAJE, PUES ES EL PRIMER CARGO ELECTO DE ARAGÓN (Y EL SEGUNDO DE TODA ESPAÑA) QUE RECONOCE PADECER UNA DISCAPACIDAD INTELECTUAL (DEL 34%)

TRABAJA EN UN CENTRO ESPECIAL DE EMPLEO DE ATADES EN EL BARRIO OLIVER DE ZARAGOZA

AFILIADO AL PARTIDO POPULAR DESDE LOS 17 AÑOS, DESDE SIEMPRE LE HA INTERESADO LA POLÍTICA

--En el Ayuntamiento de Erla, ¿cuáles son sus funciones?

--El Partido Popular está en la oposición pero sí que tenemos funciones de gobierno. Diego Peña, mi hermano, ocupa la Concejalía de Cultura, y yo le ayudo en el desarrollo de sus funciones. Al ser Erla un pueblo pequeño, lo que cuenta es ayudar en todo lo que podamos, y no qué siglas gobiernen. Queremos contribuir a mejorar el pueblo, dándole publicidad para atraer al turismo y que la gente se anime a conocerlo.

--¿Qué lugar ocupaba en la lista electoral? ¿Esperaba salir elegido o fue una sorpresa para usted y los suyes?

--Iba el segundo en la lista y, la verdad, fue una sorpresa. No esperábamos obtener dos representantes --de un pleno compuesto por siete ediles--. Nosotros no vivimos en el pueblo, pero mi hermano sí que lleva cinco años vinculado a Erla y con muchas ganas de mejorar las cosas. Durante la legislatura anterior, Diego ya fue el único concejal del PP en el ayuntamiento, y fue él quien me animó a apuntarme para completar la lista.

--Además de su hermano, ¿qué más le impulsó a entrar en política?

--Es algo que he vivido en casa de toda la vida. En mi familia siempre nos ha gustado la política y nos hemos interesado por la actualidad y los debates. Yo llevo afiliado al PP desde los 17 años, cuando entré en Nuevas Generaciones, y después continué en el partido. Cuando mi hermano me planteó ir en la lista, vi que era una buena oportunidad para ayudar a mejorar Erla, pero también para aprender cómo funciona la política. En los pueblos pequeños, pegado a la gente, es donde se aprende.

Llevamos poco más de medio año y todavía no he propuesto nada. Pero cuando sepa bien cómo funcionan el pueblo y el ayuntamiento quiero proponer aquellas cosas que crea que son necesarias para Erla o que puedan parecerles bonitas a los vecinos.

--Cuando usted decidió presentarse como candidato, ¿sabían en su partido que usted tiene cierta discapacidad?

--Lo sabe muy poca gente. Pero a la poca que lo sabía le pareció muy bien que diera ese paso y me animó a presentarme como candidato. Uno de los que sabía desde hace tiempo de mi discapacidad es el diputado autonómico Ramón Celma que, como formaba parte de la Comisión de Sanidad, Bienestar Social y Familia de las Cortes de Aragón, me preguntaba a menudo sobre los centros especiales de empleo, pues trabajo en uno.

--Y los ciudadanos de Erla, ¿sabían sobre su discapacidad cuando le votaron?

--No lo sabían... hasta hoy.

--¿Teme que al enterarse puedan pensar que no está capacitado para ser su concejal?

--Si le digo la verdad, no me lo he preguntado. Yo no veo mi discapacidad como un impedimento. Hay mucha gente que tiene una discapacidad mucho mayor que la mía, que es la mínima, y que puede hacer cualquier cosa.

--Y usted mismo, ¿ha tenido en algún momento alguna duda sobre si su propia capacidad para asumir otros retos, además de ser concejal?

--No, porque todo lo que me propongo lo acabo consiguiendo. Me puede costar más o menos pero soy muy persistente. Por ejemplo, el año pasado me saqué el carné de conducir. Me costó mucho tiempo, pero también porque tuve que estar un par de meses en lista de espera para el examen práctico. Eso sí, me lo saqué a la primera.

--Usted no es el único concejal con discapacidad intelectual de España. En Valladolid, Ángela Bachiller se convirtió en la primera. ¿La participación de los discapacitados en política empieza a ser real o ustedes son solo una excepción?

--Todavía hay mucho tabú con la discapacidad intelectual y con la enfermedad mental. Hay que hacer más cosas para que podamos participar plenamente en todo, también en la política, y eso pasa por hacer visible la discapacidad, por que hablemos de ella con naturalidad. Mucha gente de Erla se va a enterar de la mía a través de esta entrevista. En el pueblo, salvo el alcalde y el resto de la Corporación, no lo sabe casi nadie. Por eso quería concedérsela a ESPACIO 3.

--¿Cree que les deberían facilitar la comprensión de las campañas o de la documentación electoral?

--Se debería prestar más atención a los discapacitados intelectuales para que podamos enterarnos bien de los mensajes y poder así integrarnos en la política. Y deberían ayudar a formarse a quienes puedan tener alguna oportunidad en ella. Así, si entramos en política, podremos ayudar a otras personas del sector de la discapacidad. Porque nosotros sí que las entendemos y sabemos cuáles son sus necesidades, porque son las nuestras. No queremos que nos tutelen, queremos que nos pregunten.

--¿Animaría usted a otras personas con discapacidad a entrar en política?

--Por supuesto. Es muy gratificante ver cómo salen adelante los proyectos. O, por lo menos, saber que lo hemos intentado. Y también que trabajemos todos juntos por el bien común.

--¿Y qué le diría a los votantes que puedan albergar alguna duda sobre la idoneidad de los discapacitados para ejercer un cargo público?

--Yo les pediría que nos den una oportunidad, nos dejen trabajar y luego juzguen los resultados. O sea, que nos traten como a un político normal. Si hacemos un buen trabajo, que nos sigan votando; y, si no, que no nos voten. Por supuesto que habrá algún discapacitado que no lo hará bien, pero eso será por ejercer de político, no por su discapacidad. En Aragón somos muchos discapacitados, y me gustaría que tuviéramos voz propia en las instituciones.