-Los impuestos que evaden grandes fortunas y empresas, ¿lo pierden los ciudadanos?

-Sí, y de hecho las familias en España son las que soportan fundamentalmente el peso de la presión fiscal. Y no va a menos. Cada año se incrementa de forma importante y preocupante.

-Tras la crisis, ¿ha aumentado mucho el porcentaje de la carga fiscal que soportan las familias frente a las empresas?

-De manera brutal. Solo en los 2 últimos años ha pasado de aproximadamente un 73% en el 2015 a un 82% en el 2017, mientras que la carga fiscal sobre las empresas ha disminuido.

-¿Es esta una tendencia global o solo ocurre en España?

-Es una tendencia global. Por eso pedimos a los gobiernos nacionales y a la Unión Europea la elaboración de una ley contra la evasión fiscal clara y contundente. Pero no hay voluntad política. Estamos viendo a diario casos en los telediarios. Es ya un mal endémico: los Papeles de Panamá, los Paradise Papers… Ya no son casos aislados, sino prácticas muy habituales.

-¿Por qué no hay voluntad política para acabar con la evasión?

-En los informes de Oxfam se apunta que es una cuestión de poder y puertas giratorias. Las mismas personas que están en los gobiernos son las que luego son accionistas de las grandes empresas que actúan de esta manera tan injusta.

-O sea, que se trata de una defensa de los intereses personales, pura y dura.

-Claro.

-La fiscalidad es un tema a priori un poco árido para trasladarlo al público. ¿Cómo hace Oxfam para sensibilizar sobre el tema?

-Es verdad que es un tema que en principio echa para atrás. Pero la manera fundamental de llegarle a la gente es hacerle entender que la evasión genera recortes que le afectan. Es una cuestión de sentido común.