Atades de trabajo en Zaragoza a más de 200 personas con discapacidad intelectual, un paso fundamental para lograr su plena inclusión social. Encontrar trabajo está complicado para todo el mundo, pero este colectivo parte de una posición de desventaja. «Dadas sus capacidades diferentes, hay algunos empleos en los que las personas con discapacidad intelectual no pueden encajar. Pero para otros son muy aptos, ya que son muy concienzudos y metódicos, y esto es una ventaja para determinados puestos de trabajo. Lo que les encargues van a hacerlo a conciencia y de manera totalmente fiable. Las personas con capacidades normales no solemos ser tan metódicas, tan cuadriculadas ni tan disciplinadas», afirma Jesús Soto, presidente de Atades.

La implantación de Koiki en Zaragoza viene a ampliar la plantilla del centro especial de empleo Logística Social que Atades tiene en la calle Clara Campoamor del Actur. Asume la gestión integral del Centro Integra Aragón, así como la prestación de servicios asistenciales a los usuarios del mismo. Además, también gestiona diversas comunidades de propietarios. Su plantilla está compuesta en más del 90 % por personas con discapacidad.

Gardeniers es otro de los tres centros especiales de empleo de Atades. Tiene dos áreas, una dedicada a la jardinería y venta de plantas, y otra, a la agricultura ecológica.

Oliver es el tercero, y también el mayor centro especial de empleo de Aragón. Da trabajo a 200 personas, más de 180 con discapacidad, más de 150 de tipo intelectual. Se dedica a los montajes industriales para para empresas como Teka o Balay. «Cuando trabajas para estas multinacionales y tienes un volumen de facturación tan alto, de casi dos millones de euros al año, es señal de que los clientes están contentos», apunta su gerente, Roberto Fondevilla.

Este tipo de centros ayudan a las empresas ordinarias a cumplir con las cuotas de integración sociolaboral que marca la denominda ley LISMI.