Las cifras del paro del pasado mes en Aragón no dejan lugar a dudas: la desigualdad de género sigue pesando como una gran losa en el mercado laboral. En el mes de enero se quedaron sin trabajo 1.371 aragoneses. De ellos, el 98% (1.340 personas) eran mujeres, y solo 31 eran hombres.

Si encontrar un trabajo sigue siendo una tarea difícil para los aragoneses, aún lo es más complicado para muchas aragonesas. Y si a la desigualdad de género se suman otras características como la baja cualificación u otras dificultades de tipo socioeconómico, las posibilidades de inserción laboral se complican.

Ayudar a mejorar la empleabilidad de mujeres en situación de dificultad social es el objetivo principal del programa Gira Mujeres de Coca-Cola desarrollado por Cruz Roja. El proyecto comprende un conjunto de actividades destinadas favorecer la integración de las mujeres participantes en el mundo laboral.

Las acciones están dirigidas a aumentar su conocimiento del mercado de trabajo local, a adquirir herramientas y técnicas de búsqueda de empleo, a dotarlas de una profesión y a ser más competentes en el desempeño de una ocupación. Desde el programa también se ayuda a las participantes a ponerse en contacto con empresas a través de medidas de orientación, formación e intermediación, y cuenta con el apoyo de otras mujeres de la zona.

«Estos talleres suponen una oportunidad para muchas mujeres que, encontrándose en una situación de vulnerabilidad, tienen dificultades para encontrar una empresa con la que poder mejorar su situación. Para Coca-Cola resulta enormemente gratificante poder colaborar con Cruz Roja en acciones encaminadas a la inclusión de estas mujeres, explica Ana Callol, directora de responsabilidad corporativa de Coca-Cola European Partners Iberia. El Proyecto Gira Mujeres busca precisamente romper las barreras con las que se encuentran esas mujeres, ofreciéndoles herramientas y conocimientos que les permitan mejorar su situación sociolaboral.

En la primera edición en Zaragoza del programa, un 71% de las participantes mejoraron su empleabilidad y el 41,6% consiguió insertarse laboralmente. Tras el éxito de aquella, en la capital aragonesa ha comenzado una segunda edición en la que participan 70 mujeres, de 25 a 49 años, que se encuentran inmersas en una búsqueda de empleo debido a una situación económica crítica a la que necesitan dar respuesta.

Para Nuria Fernández, técnica de empleo de Cruz Roja, cabe destacar del proyecto «la red de solidaridad que se teje entre las empresas colaboradoras en el ámbito de prácticas formativas, la capacidad de superación de las mujeres participantes, y la garantía de calidad de Coca Cola y Cruz Roja que, todas juntas, consiguen el éxito de este proyecto».

Por su parte, Anetu Yaya, participante de la anterior edición, asegura con rotundidad que «cuando tienes conocimientos, tienes fuerzas y confianza para salir adelante». De hecho, relatará su experiencia en las sesiones de difusión que se realicen con las nuevas alumnas, transmitiendo el impacto que este programa ha tenido en su vida.

Las 70 mujeres seleccionadas por Cruz Roja en Zaragoza para esta edición están recibien do formación en capacitación como ayudantes de cocina y auxiliares de barra, así como en actividades de mentoring, habilidades sociales y de comunicación, de negociación o de búsqueda de empleo, entre otras capacidades.

De ellas, quienes están formádose para trabajar entre fogones están realizando un curso en la escuela de hostelería Diorrios, que lleva abierta desde 1984 en Zaragoza. A pesar de las dificultades sociales y económicas que la mayoría de estas mujeres están atravesando, entrar en clase con ellas es empaparse del entusiasmo y las ganas de salir adelante que transmiten.

Antonio Arto, su profesor, explica que «el objetivo es que puedan trabajar como ayudantes de cocina, esto es, que cuando el jefe de cocina les pida que realicen algún proceso, ellas sean capaces de hacerlo sin que les tengan que dar ninguna explicación, desde cómo se hace una tortilla de patata o cómo se elabora un fondo, hasta los tiempos de cocción de las verduras, por citar unos ejemplos. Menos el diseño de los menús, aprenderán todo lo demás que hay que saber para trabajar en una cocina», asegura.

Para lograr este objetivo están asistiendo a un curso de 150 horas: una al día de teoría y, el resto de la jornada, lo pasan entre pucheros y sartenes.

El profesor destaca que el carácter emninentemente práctico de esta formación les va a facilitar dar el salto hasta el empleo que tanto ansían. «Así, la inserción es más fácil porque lo primero que te van a preguntar en una entrevista de trabajo es qué experiencia tienes. En la empresa se ahorrarán el tener que formarlas».

Para ayudarles a completar su objetivo, detrás va a estar el equipo técnico de Cruz Roja Zaragoza, que las acompañará a lo largo de todo el este itinerario personalizado de inserción laboral.