«La sociedad saharaui es totalmente dependiente de la ayuda humanitaria. Y, precisamente por eso, el sector de la salud, a pesar de que es sostenible, es a la vez frágil», asegura Mulay Ahmed Mustafa. médico especialista en Urología y director del Hospital Nacional de Rabouni.

Por ello, «tanto por razones de testimonio y defensa de los derechos del pueblo saharaui, como por motivos humanitarios y de ayuda a la provisión de servicios básicos de salud que, sin el apoyo externo, la población saharaui no podría asegurar», Médicos del Mundo justificaba su presencia en los campos de refugiados de Tindouf en una jornada que se celebró a finales de mayo en el Centro Joaquín Roncal de Zaragoza.

El sistema público de salud saharaui está organizado y coordinado desde el Ministerio de Salud Pública Saharaui y cuenta con una red de centros sanitarios estructurada en tres niveles principales: dispensarios (30), hospitales regionales (5), un hospital nacional civil (Rabuni) y un hospital nacional militar (Bol-la), además de otros centros complementarios.

Además de los servicios públicos, existen otros privados, así como personas que ofrecen medicinas tradicionales y alternativas.

Esta estructura sanitaria no tiene nada que envidiar a la de cualquier otro país de su entorno geopolítico. El problema deriva de la absoluta dependencia de la ayuda exterior. «Esto dificulta todo el campo asistencial: medicinas, material fungible, médicos, equipamiento para laboratorio, rayos x…», detalla el doctor Mustafa. «Y, a veces, esto provoca una parálisis prácticamente total», añade.

«Pero es muy importante relativizar esta dependencia. Por ejemplo, el programa nacional de salud reproductiva saharaui, sin Médicos del Mundo pero con otra financiación, funcionaría igualmente. Es decir, que las profesionales saharauis tienen suficientes capacidades para llevarlo adelante», puntualiza el doctor José Fernández, voluntario de esa oenegé.

Esto significa que la población saharaui refugiada se autoorganiza, aunque necesite ayuda externa tanto para la financiación como para la generación de capacidades en los profesionales.

Por ello, Mustafa recuerda que el pueblo saharaui sigue requiriendo de ayudas «en todos los ámbitos de salud: materiales, apoyo a las infraestructuras, equipamientos… Y también de formación, para poder obtener en el resto de los ámbitos el mismo éxito que se ha logrado en el área de salud reproductiva».