¿Es lo mismo colocar lazos amarillos que quitarlos?

No. Quitarlos tiene un significado político y ponerlos es interpretar de forma tendenciosa que la vía pública es tuya. Colocarlos tiene un plus de irresponsabilidad porque significa querer ocupar el espacio público en favor de una ideología. Si tuviéramos que medir el grado de irresponsabilidad, ponerlos lo supera ampliamente.

La fiscala general del Estado replicó que estos actos se enmarcan en el derecho a la libertad de expresión.

Más allá de valoraciones jurídicas, es evidente que hay unas consecuencias políticas. La batalla de los lazos puede acabar mal, con un conflicto social. Por eso sería importante que el presidente de la Generalitat, máximo inductor de este tipo de acciones, intentara rebajar la tensión porque, en caso contrario, una parte de la población podría acabar a bofetadas con la otra. Los Mossos d’Esquadra, en estos casos, actúan más como comisarios políticos que como policía integral de Catalunya. Si hay algún vecino que es denunciado por retirar lazos amarillos va a tener el apoyo jurídico, legal y político del PP.

Pidió a la fiscalía que actuase contra Quim Torra por llamar a "atacar al Estado español injusto".

Cuando afirma esto no está haciendo única y exclusivamente una declaración a favor de un posicionamiento político o una exageración de fin de semana. Está amenazando de forma muy concreta porque tiene el poder ejecutivo para consumar esa amenaza. El Gobierno está obligado a estudiar la posibilidad de abrir un proceso de responsabilidad penal, si corresponde, por apología de la violencia. Y la opinión de la fiscala general del Estado creo que no es compartida por toda la fiscalía.

¿Qué opina del deshielo entre administraciones?

En estos momentos el diálogo no existe. Lo que hay es una clara sumisión del Gobierno de España frente al Govern de la Generalitat. Cuando uno está cediendo todo y la respuesta del otro es seguir en la misma dinámica y dedicarse a dar coces, no es diálogo es sumisión. A cada exceso o amenaza de Torra la respuesta del Gobierno es esconder la cabeza debajo del ala.

¿El homenaje a las víctimas de los atentados en Cambrils era el momento de protagonizar un encontronazo con Torra?

Era el momento de hablar de forma civilizada, pero no de aceptar aspavientos y subidas de tono del presidente de la Generalitat. Si tiene el Parlament secuestrado, tengo que aprovechar cualquier circunstancia para trasladarle nuestra opinión. Yo lo hice de forma muy correcta y con un tono pausado. El único que perdió los papeles y me dejó con la palabra en la boca fue Torra, que ha demostrado una vez más que no puede estar a la altura de las circunstancias y que su cargo le viene muy grande.

El PP ha vuelto a ofrecer su mayoría en el Senado para aplicar el 155.

Es una muestra de lealtad y colaboración al Gobierno de España. A día de hoy aún no se dan las circunstancias. Las amenazas aún no se han convertido en hechos concretos. Lamentablemente esa aplicación deberá llevarse a cabo seguramente el próximo otoño porque el Govern subirá la intensidad para presionar y pondrá en riesgo la libertad de los catalanes que no nos sentimos españoles.

Ciudadanos ya presiona.

Me sorprende que Albert Rivera pida que se aplique ya, cuando en octubre del 2017 defendió que con el 155 no se tocara nada de la Generalitat y que solo debía servir para una convocatoria electoral. Que Ciudadanos nos explique qué 155 quiere aplicar.

¿Y qué 155 quiere el PP?

El PP desearía no aplicarlo pero si las amenazas se convierten en hechos concretos debe ser mucho más intenso y duradero en el tiempo, afrontando y asumiendo todas aquellas cuestiones que sirvan para retornar una cierta normalidad política institucional a Catalunya, ya que es probable que desde septiembre se vuelva a complicar todo.

¿Cree que puede haber un adelanto electoral en Catalunya?

Torra hará lo que su amo, Carles Puigdemont, le ordene. Pero creo que el independentismo no correrá el riesgo de ir a unas elecciones porque podría salir castigado desde un punto de vista electoral.

¿El PP impugnará el decreto ley para obstaculizar la exhumación de Franco?

No vamos a perder un minuto pensando en el debate sobre Franco. No es ni nuestra prioridad ni la de la inmensa mayoría de la sociedad española. Es lamentable que un gobierno, para intentar marcar perfil político, tenga que desenterrar a una persona que lleva 40 años muerta y de la que ya nadie se acuerda. Esto demuestra su falta de ideas y de proyecto.

¿Comparte la visión de Pablo Casado sobre el aborto y la eutanasia?

Esas declaraciones forman parte de esa voluntad de volver a las esencias de lo que es el PP, de recuperar aquellos debates en los que tenemos un posicionamiento claro y que, por la propia dinámica de gobierno, no se han podido materializar o han quedado diluidos. Aún así, no hemos entrado de fondo en ello.

¿El PP de Barcelona se sumará a una candidatura con Ciutadans encabezada por Manuel Valls?

Valls tiene que aclarar su futuro y si está trabajando en algún escenario concreto. Ha habido conversaciones y reuniones privadas pero el PP trabaja con la voluntad de presentar una candidatura propia.

¿Su futura marcha de la presidencia del PP puede entenderse como una dimisión tardía por los resultados del 21-D?

No. Yo asumí los resultados la misma noche electoral. Es una decisión que ya había anunciado antes, no es ninguna reacción.