El fiscal general del Estado, José Manuel Maza, ha decidido zanjar la crisis abierta en la Fiscalía Anticorrupción, con la designación y posterior dimisión de Manuel Moix, designando para el puesto a Alejandro Luzón, que ha obtenido ocho votos del consejo fiscal: los de los seis consejeros de la Asociación de Fiscales y los de los dos miembros natos del consejo fiscal, el teniente fiscal del Tribunal Supremo, Luis Navajas, y el fiscal jefe de Inspección, Fausto José Cartagena.

Maza, que quería para el cargo alguien sin relación con Anticorrupción y que pusiera "orden" en la Fiscalía especial, mantra repetido durante el polémico mandato de Moix por los miembros del Gobierno, trasladará finalmene al Ministerio de Justicia el nombre de Luzón para que sea nombrado formalmente en el próximo consejo de ministros. Luzón estuvo en Anticorrupción desde su creación entre 1995 y permaneció allí hasta 2015, cuando fue traslalado a la Secretaría Técnica de la Fiscalía.

Luzón ya contó en la anterior votación con el respaldo de los miembros natos del consejo fiscal, pero la Asociación de Fiscales apoyó en bloque a Moix, que tras tres polémicos meses en el cargo presentó su dimisión tras conocerse que disponía de una sociedad en Panamá. Entonces dos de los tres vocales de la Unión Progresista de Fiscales también le votaron, pero en esta ocasión, los tres apoyaron al fiscal de Sala jefe de lo Contencioso del Tribunal Supremo, Pedro Crespo, que figura entre sus afiliados y era el único de los siete candidatos que optaban a la plaza que ya estaba en la máxima categoría de la carrera.

Alejandro Luzón estuvo años adscrito a la Fiscalía Anticorrupción y fue uno de los fiscales del 'caso Roldán', por el que se condenó al exdirector general de la Guardia Civil. De hecho, cuando se trasladó a su actual responsabilidad en la Secretaría Técnica, siguió siendo el fiscal del 'caso Bankia' y del de las 'tarjetas black'.