Un anónimo alertó a la fiscalía anticorrupción de que Francisco Granados escondía parte del dinero que cobró en concepto de comisiones en la casa de sus suegros. Así se revela en las declaraciones prestadas por David Marjaliza, el conseguidor de la operación Púnica, el 3% madrileño ante el juez Eloy Velasco.

Marjaliza afirma que Granados es muy “hermético” para hablar de dinero, pero que sabía que “intentaría llevárselo fuera” y que lo que tendría “repartido en algún lado”. Por su parte, el agente financiero Michael Langdon admitió ante el magistrado que el exmando del PP le hizo dos entregas en efectivo para que se lo ingresaran en Suiza.

Este banquero explicó que se hizo cargo de la cuenta de Granados por un amigo suyo y que el que fuera alcalde de Valdemoro le presentó a Marjaliza al que también le ocultaba el dinero en Ginebra. El empresario se escondía bajo el seudónimo de Sheraton.

El juez localizó en la casa de los suegros de Granados un maletín con un millón de euros que Juan Alarcón, un médico jubilado, no supo explicar. En su declaración ante el juez aseguró que "en su dormitorio entraba mucha gente". Entraron "fontaneros y trabajadores de Ikea a poner un armario", aseguró.

En su extensa declaración, el arrepentido reconoció que había costeado la campaña del alcalde popular Javier Hernández Nieto en Valdemoro. En concreto les adelantó 90.000 euros. El PP también recurrió a esta red para pagar deudas que tenían con empresarios como Alejandro de Pedro.

PAGOS DE DEUDAS

Sergio Muñoz, un constructor de Gandía, explicó que recibió una llamada de Dionisio Ollero, un cargo del PP en esta localidad, para que se hiciera cargo de la deuda del partido con De Pedro por un importe de 10.000 euros. Muñoz aseguró que se reunió con un empleado de esta empresa, especializada en informática, que le exigió el pago de la deuda. Sin embargo, el constructor se negó a pagar y cuando comentó la situación con sus hermanos “estos se quedaron flipados”.

También compareció como testigo Elisa de La Nuez que fue contratada para asesorar a la fundación Arpegio al frente de la que estaba Granados. Marjaliza explicó al juez que cuando el exmando del PP llegó a la Comunidad de Madrid ideó un plan para controlar las ayudas a los ayuntamientos y aseguró que llegó a hablar con Esperanza Aguirre para sacar adelante un proyecto de construcción en la finca Espartal de Valdemoro en la que se iban a edificar chalets de lujo, campos de golf, pero fue paralizado por los tribunales.