Después de semanas en las que el Gobierno había sido voluntariamente ambiguo sobre la fecha de las elecciones, Mariano Rajoy ha querido dar este jueves una pista clave: el jefe del Ejecutivo está decidido a aprobar los Presupuestos Generales del Estado, un trámite que requiere de un largo calendario en las Cortes de casi tres meses. Esta circunstancia lleva a concluir que los planes de Rajoy es que las elecciones legislativas de este año se celebren a finales de noviembre o diciembre. Es decir, el presidente ha desoído las peticiones, algunas de su propio partido, que le reclamaban que las adelantara y las hiciera coincidir con las catalanas, anunciadas para el 27 de septiembre.

Normalmente, los Presupuestos se presentan en el Congreso poco antes del 30 de septiembre, fecha límite que marca la ley. A partir de ahí se inicia un proceso que requiere de dos plenos en la Cámara baja y otro en el Senado, además de numerosas sesiones en comisiones. Con la hoja de ruta marcada por el presidente del Gobierno, todo apunta a que el Ejecutivo presentará las cuentas antes de que acabe este mes de julio, pedirá que se celebre un pleno en agosto para el debate de totalidad en el Congreso y así poder aprobar los Presupuestos definitivamente en octubre. Después de ese paso tocaría disolver las Cortes, para celebrar las elecciones 54 días después, como marca la ley.

POSIBLES FECHAS

Los días que los dirigentes políticos se han marcado en rojo después de escuchar a Mariano Rajoy son el 29 de noviembre y el 13 de diciembre. Son los dos días que parecen más factibles de ser elegidos para las próximas eleciones generales, descartado el 6 de diciembre por ser el Día de la Constitución.

El domingo 13 de diciembre tiene defensores que arguyen razones económicas, como el probable descenso del paro que se conocería pocos días antes, debido a las contrataciones cara a la campaña navideña, y la cercanía del cobro de la paga extra.

PROTEGIDO ANTE LA NECESIDAD DE POSIBLES SOCIOS

Esta decisión de Rajoy rompe con la tradición marcada por ahora por los anteriores presidentes, cuando las elecciones tocaban a finales de año. El actual jefe del Ejecutivo asegura que lo hace porque "conviene" a España ,ya que dará "seguridad a los distintos agentes económicos y a los mercados". Sin obviar estas ventajas, también es cierto que este calendario le beneficiará a él si consigue seguir en la Moncloa aunque sea sin mayoría absoluta, algo impensable tras la llegada de los emergentes, Podemos y Ciudadanos. Con las Cuentas aprobadas, Rajoy ganaría cierto margen de maniobra al no tener que pactar unos Presupuestos enteros. Sus posibles socios tendrían la opción de obligarle a hacer ciertas modificaciones, aunque el grueso ya estaría definido y remitido a Bruselas.