Unos 450 millones de personas sufren en la actualidad una enfermedad mental, según el Informe sobre la Salud en el Mundo 2001 que ayer difundió la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra. Aunque podrían recibir tratamiento, dos terceras partes de esos enfermos no accederán nunca a un profesional de la salud, indicó la doctora Gro Harlem Bruntland, directora general de la OMS, al presentar el documento. "La enfermedad mental no es un fracaso personal, ni es algo que sólo les sucede a los demás --añadió Gro Harlem--. Si algún fracaso ha habido, es el nuestro, por no haber sabido dar respuesta a las necesidades de quien sufre esos trastornos". Uno de cada cuatro individuos, en cualquier zona de la Tierra, se verá afectado por un problema mental en algún momento de su vida, añade el informe. La esquizofrenia, la depresión y los trastornos por consumo de drogas son tres de las enfermedades mentales que más avanzan, indicó la OMS. La depresión, la alteración psicológica más extendida, es la cuarta causa de enfermedad en el mundo y, según la OMS, en el 2020 estará en segundo lugar, tras la cardiopatía isquémica. Los trastornos depresivos afectan a 121 millones de personas. La OMS propone a los gobiernos que adopten "decisiones estratégicas" dirigidas a prevenir las alteraciones que incumben a la conducta y al modo de vida. "Hoy sabemos que la mayor parte de las enfermedades, tanto mentales como físicas, obedecen a una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales --añadió Gro Harlem--. Disponemos de los medios y de los conocimientos científicos para ayudar a quienes sufren trastornos mentales. Los gobiernos han sido negligentes y también lo ha sido la comunidad de salud pública". De la investigación que ha realizado la OMS para elaborar este informe se desprende que más del 40 por ciento de los 181 países analizados carecen de una política de salud mental y en un 30 por ciento ni siquiera hay programas para tratar este problema, que se ha convertido en una de las principales causas de mala salud y discapacidad en todo el mundo. El documento también alerta sobre el avance de la esquizofrenia entre los jóvenes, una enfermedad que afecta a 24 millones de personas. Y destaca los suicidios: cada año se producen un millón, y otros 15 millones intentan quitarse la vida. La escasez de psiquiatras, neurólogos y de camas para enfermos mentales son otros de los obstáculos para el tratamiento de estas enfermedades. En estas carencias hay aún grandes diferencias según las zonas mundiales, ya que mientras en Africa sólo hay 1.200 psiquiatras y 12.000 enfermeras para 626 millones de habitantes, en Europa la cifra llega a 77.000 y 285.000, respectivamente, para 841 millones de personas. El informe indica que la salud mental y la física están íntimamente ligadas y señala como ejemplo el hecho de que la depresión puede predecir la aparición de una cardiopatía.