El extesorero del PP Luis Bárcenas defendió ayer ante el juez la gestión de la dirección del partido que lidera Mariano Rajoy al asegurar que estaba «terminantemente prohibido» facturar trabajos a empresarios. En su declaración como testigo en el juicio de la rama valenciana del caso Gürtel, señaló que así se lo hizo saber al exsecretario general del PP en Valencia Ricardo Costa en una reunión en la sede nacional del partido en Madrid. De esta manera confirmó la versión de Costa según la cual este le avisó de que el PP valenciano había ordenado girar facturas falsas a empresarios para que sufragasen las campañas municipales y autonómicas del 2007.

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Bárcenas afirmó en la Audiencia Nacional que, desde la sede central del partido en la madrileña calle de Génova, la «intervención» en las contabilidades regionales era «muy pequeña» porque ellas mismas las gestionaban. Desde Madrid, dijo, se asignaba una cantidad a cada provincia durante las municipales y existía un manual en el que se explicitaba por escrito «la imposibilidad de aportar ningún fondo propio a la campaña».

El también exsenador del PP -que hasta junio del 2008 ocupó el cargo de gerente del partido conservador- apuntó que se reunió con Costa porque el entonces tesorero Álvaro Lapuerta se encontraba de viaje. Fue en ese encuentro cuando Costa le expresó su «preocupación» tras conocer, a través del exvicepresidente valenciano Víctor Camps, las instrucciones del expresidente de la Generalitat Valenciana Francisco Camps y del expresidente de las Cortes valencianas Juan Cotino para llevar a cabo las irregularidades.

Bárcenas informó entonces a Lapuerta, según narró en su declaración, y este le respondió que hablaría «con Valencia» y dejaría las cosas claras. «No tengo ni idea de con quién habló, imagino que diría que cumpliesen las instrucciones de la sede central. Parece ser que al final no se cumplieron», resumió.

El exsenador del PP también relató que en cierta ocasión viajó a Valencia con Lapuerta porque un empresario, amigo de Víctor Campos, quería hacer una donación al partido, pero no especificó la cantidad ni si se la dio en mano.

La declaración de ayer del extesorero del PP fue bastante distinta de la que realizó en abril del 2014, cuando, aún en prisión preventiva, declaró ante el juez Pablo Ruz que el PP no solo tenía una caja ‘B’ a nivel nacional, sino que había contabilidades paralelas en todas las provincias y comunidades españolas que admitían donativos para financiar gastos electorales.

En el 2015, cuando ya se encontraba fuera de la cárcel, no tuvo ningún inconveniente en afirmar: «Mariano Rajoy conocía la existencia de la caja ‘B’ del PP». Ayer, por el contrario, desvinculó por completo al presidente del Gobierno de la financiación irregular del partido.

Ya en el juicio por la primera época de la trama Gürtel (1999-2005), del que aún no hay sentencia, empezó a recular y a ser menos contundente en las afirmaciones que podían comprometer al partido en el que trabajó durante 20 años. Al ser preguntado entonces, en enero del 2017, por su declaración ante Ruz, afirmó no recordarla y se negó a seguir respondiendo preguntas relacionadas con la contabilidad paralela del partido.

Lo que sí reconoció en esa vista fue la existencia de una caja ‘B’ a nivel nacional, si bien rechazó calificarla como tal, y se refirió a ella como «contabilidad extracontable», «contabilidad extraoficial» y «fondos no oficiales del partido» que se nutrían con donativos, pero, subrayó, sin ninguna finalidad, «a cambio de nada».

Más de 100 testigos del caso pasarán por la Audiencia Nacional para declarar en el juicio por la presunta caja ‘B’ del PP valenciano, que se inició el pasado 15 de enero.