Entre el 31 de marzo y el 4 de abril de 1937, durante la guerra civil española, la población vizcaína de Durango fue bombardeada intensamente por la Aviazione Legionaria italiana de Benito Mussolini. Esta acción bélica se encuadró en la ofensiva del Frente del Norte que realizaron las tropas denominadas nacionales. Uno de los objetivos era provocar el terror entre la población. El balance fue de más de 300 muertos, cientos de heridos y un buen número de edificios destruidos. El Ayuntamiento de Durango ha presentado este martes una querella por un crimen de lesa humanidad, cuya responsabilidad no prescribe, contra 46 aviadores, entre ellos un teniente coronel, de la escuadrilla italiana.

La querella redactada por la abogada catalana Anaïs Franquesa sostiene que el Ayuntamiento de Durango ostenta la legitimación activa para poder ejercer como acusación porque los bombardeos de la aviación italiana a las órdenes de Mussolini dañaron, al menos, 321 edificios, de los que una decena eran municipales, entre ellos la escuela y la casa consistorial. Además, fallecieron unos 336 vecinos de la localidad y muchas de sus propiedades resultaron dañadas. Las bombas también impactaron en tres iglesias y dos conventos.

La querella concreta que los hechos denunciados han sido contrastados a partir de la documentación oficial que hay en el Archivo General e Histórico del Aire de Villaviciosa de Odón(Madrid), en el Ayuntamiento de Durango y en el Ufficio Storico de la Operaciones Militari Spagna con sede en Roma. Como prueba pericial, se aporta un informe realizado por el historiador Jon Irazabal, de la Asociación Gerediana Elkartea.

El escrito argumenta que el bombardeo se desarrolló en "el marco de una intervención extranjera ilegal sin que mediara ninguna declaración de guerra" por parte de Italia. La mayor parte de los civiles murieron cuando se encontraban asistiendo a los oficios religiosos celebrados a primera hora de la mañana. Entre las víctimas hubo un sacerdote y 11 monjas de clausuras. Se calcula que la aviación fascista arrojó sobre la población vasca 281 bombas con 14.840 kilos de explosivo. El ataque fue llevado a cabo por varias escuadrillas de la aviación italiana. Dos tenían base en Soria y eran conocidas con el sobrenombre de Pipistrelo. La tercera, la de cazas, en Agoncillo (Logroño), y se la denominaba La Cucaracha. Esta acción bélica, según la querella, fue una de las pioneras en la utilización de aviones para bombardear núcleos urbanos. Podo después, el 26 de abril, se produjo el bombardeo de Gernika.

"LAS ALARMAS QUE AVISAN A SUS MORADORES"

La querella relata de forma pormenorizada cada una de las incursiones aéreas, desde la hora en que se produjeron hasta los aviones que participaron. "Hacia las 8.30 horas los tres bombarderos que persisten y los nueve cazas que los escoltan se aproximan a Durango iniciando el bombardeo de la misma. Minutos antes han sonado en la población las alarmas que avisan a sus moradores de la presencia de los aviones". Así se describe uno de los episodios.

La abogada sostiene que el hecho de que el Estado italiano no hubiera declarado la guerra a la República española "conllevó la utilización de nombres en clave de los aviadores y los mandos de los mismos y la ocultación de las matrículas de los aparatos". A su entender, esta actuación es "una muestra clara" de la ilegalidad de la acción.

En el proceso "continuado" de bombardeos sobre territorio vizcaíno se "experimentó" con un nuevo tipo de técnica: la saturación. Es decir, después del primer ataque, salen los vecinos y los servicios de emergencias a socorrer a los supervivientes. Y en ese momento, es cuando se produce la segunda oleada con el objetivo de "generar incertidumbre y los lazos de solidaridad entre la comunidad". Esta clase de bombardeos, agrega la querella, solo busca un objetivo: "la población civil". Además, según la luz de la documentación hallada, se utilizaron bombas incendiarias de 20 kilos. Tras una de esas acciones, unos pilotos anotaron: "El bombardeo de Durango ejecutado por nuestra escuadrilla, con una escolta de aparatos de caza, es extremadamente mortífero. El blanco resulta cubierto por las bombas".

EL CASO DE BARCELONA

En sus argumentos jurídicos, la querella recoge la decisión de la Audiencia de Barcelona que ordenó a un juzgado abrir una investigación por ataques aéreos de la aviación italiana sobre la población de la capital catalana durante la guerra civil. El tribunal consideró que son hechos de "extrema gravedad" y los califica como "un ensayo de mecanismos de aniquilación de la población civil" ejecutados por un "ejército extranjero" que no era parte "en el conflicto desencadenado en España". Así, entendió que la actuación de la aviación italiana podría encuadrarse en los delitos de lesa humanidad.

El Ayuntamiento de Durango también esgrime la violación de la legislación internacional y cita diversas resoluciones judiciales. La querella resalta que los bombardeos de Durango fueron "producto de una manifiesta acción ilegal y desproporcionada o excesiva" cometida por responsables militares o gubernamentales italianos en "connivencia" con las autoridades comandadas por Francisco Franco. A su entender, hubo un "patente desprecio" por la vida de los habitantes de la población vizcaína. El consistorio reclama la declaración de los querellados, que podría realizarse a través de una comisión rogatoria a Italia.