El exministro socialista Josep Borrell ha afirmado este jueves que "estamos en una situación realmente preocupante" y ha añadido que la masiva salida de empresas de Catalunya "tendrá consecuencias graves, ya inevitables, como pasó en Canadá. No será porque no lo hayamos avisado y cuidado porque eso va a provocar un colapso de las relaciones comerciales con el resto de España".

El expresidente del Parlamento Europeo ha recordado el llamamiento que hizo el pasado día 8 en la manifestación de Barcelona. "Desde que dije aquéllo de que había que comprar una botella de cava catalán, no dejo de recibir mensajes de pequeños empresarios explicando cómo su situación se deteriora. Tendríamos que parar cualquier boicot a los productos catalanes porque van a sufrir mucho los que menos culpa tienen y no vamos a solucionar el problema", ha añadido tras declarar como testigo en el juicio contra la excúpula de Abengoa por las indemnizaciones millonarias.

"No castiguen a los trabajadores de Cataluña"

En su opinión, todos los españoles tendrían que intentar evitar que se deteriore más esta situación, y tendrían que parar toda clase de boicot contra los productos catalanes. "Por favor, paren eso, no castiguen a los trabajadores de Cataluña, no boicoteen los productos catalanes, contribuyan a reconstruir una relación de afecto o sufrirán mucho los que menos culpa tienen y no vamos a solucionar el problema", ha declarado.

Borrell ha lamentado que muchos catalanes se hayan creído "el cuento" de los independentistas, a pesar de las advertencias que muchos hicieron, entre otros él mismo. "Algunos hemos dicho muchas veces, ¡cuidado!, porque eso produciría un colapso de relaciones comerciales con el resto de España y el riesgo de salir de la zona euro moverá a muchas empresas a deslocalizarse", ha recordado.

A preguntas de los periodistas, ha recalcado que pese a que dirigentes catalanes como el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, y el expresidente Artur Mas dijeran en su día que la independencia no tendría consecuencias económicas, lo cierto es que ya son más de 800 las empresas que han sacado su sede social de Cataluña.

La experiencia de Quebec

Pero lo más preocupante de esta situación, ha asegurado, es que no solo se trata de grandes empresas, sino que todo el tejido económico catalán está ya sufriendo esta situación y "ésa es una de las consecuencias graves, ya inevitables, pase lo que pase, como ocurrió en Quebec".

La provincia canadiense de Quebec celebró dos referéndums soberanistas en 1980 y 1995, que provocaron que Montreal perdiese a favor de Toronto su posición de capital económica de Canadá.