La cancelación de la próxima edición de la Barcelona World Race, que debía partir en enero del 2019, se ha avalanzado como un sunami en la política municipal y ha causado tan fuerte oleaje que alcanzará también al Parlamento catalán y el Congreso de los Diputados. Fuentes de la organización no han dudado en atribuir la suspensión de la prestigiosa regata a la inestabilidad política existente en Cataluña, que ha dejado el acontecimiento sin patrocinadores. Según explicó la Fundación Navegación Oceánica Barcelona (FNOB) en un comunicado, los tres motivos principales para la cancelación de la cuarta edición de la regata son el retraso en la aprobación de los presupuestos generales del Estado en 2016 -así como las elecciones de diciembre de 2015-, el clima de «indefinición institucional» y «falta de estabilidad política» actual y, por último, el cambio de criterio en cuanto a patrocinio dentro de los presupuestos estatales en los acontecimientos de interés públicos, como es la Barcelona World Race.

Aunque con el proceso secesionista como telón de fondo, por lo que no han faltado reproches entre unos y otros, la oposición municipal no ha desaprovechado el momento para salir en tromba contra la alcaldesa Ada Colau, a la que han acusado de no luchar lo suficiente por mantener este acontecimiento deportivo.

«El Gobierno municipal fuerza a cancelar un evento que genera un impacto económico de 23 millones de euros», ha criticado el líder del grupo municipal del PSC, Jaume Collboni. Según el dirigente socialista, «que el gobierno [municipal] elimine por la puerta de atrás un proyecto clave para la promoción deportiva de la ciudad es grave porque Colau desmantela una de las herramientas de promoción económica internacional».

Collboni también ha censurado a Colau por el «desinterés municipal por los acontecimientos deportivos, atribuyéndoles un carácter elitista que no tienen, y no atendiendo la oportunidad que suponen para Barcelona en términos de empleo, innovación y posicionamiento internacional». A este reproche se han sumado tanto el republicano Alfred Bosch como la demócrata Maite Fandos. A través de un comunicado, esta concejala ha recriminado a Colau «la falta de interés» en este tipo de acontecimientos deportivos y ha añadido una crítica al Gobierno de Mariano Rajoy. Según los nacionalistas, el Ejecutivo del PP tiene «fobia» a cualquier iniciativa de «eco internacional procedente de Cataluña» y siempre es «reticente» a que se lleven a cabo.

PROTESTA DE ERC / El republicano Bosch, por su parte, ha afirmado que la anulación de la prueba deportiva supone sacar a la ciudad del mapa internacional de este tipo de acontecimientos. En un comunicado, ERC apunta que «se ha dado otro paso en la desaparición de los acontecimientos internacionales en la ciudad» y que se debería buscar la manera de celebrar la World Race «dando facilidades a la nueva estructura y haciendo que las arcas de la ciudad no salgan perjudicadas».

Por su parte, la diputada de Ciudadanos en el Parlament Lorena Roldán ha denunciado que la situación de Cataluña es «insostenible» debido a la «inestabilidad política» y la «inseguridad jurídica» a consecuencia del procés, que están provocando la «pérdida de oportunidades».

Asimismo, el presidente del grupo municipal del PP en Barcelona, Alberto Fernández, ha atribuido el aplazamiento a «la inestabilidad, fruto del proceso independentista, y a Colau» por su actitud política.