Del «Mas o marzo» a «Puigdemont o eleccions». Esta es la tesis que defiende el núcleo más cercano al president cesado, que no contempla bajo ningún concepto presentar un candidato alternativo a la Presidencia de la Generalitat y al que, además, no le importaría ir a unos nuevos comicios en los que cree que podría arrebatarle algunos escaños más a una ERC tocada. Una postura que choca con la del grupo más posibilista (y también el mayoritario) de la formación, que no quiere ni oír hablar de nuevos comicios aunque, de momento, insiste en mantener a Puigdemont como único candidato.

Dos tesis, acentuadas tras la investidura aplazada esta semana por Roger Torrent, a las que les han puesto cara este sábado dos exconsellers, Clara Ponsatí y Josep Rull. La exconsellera de Ensenyament ha cargado contra la decisión del presidente del Parlament de postergar la investidura por la prohibición del Tribunal Constitucional de una elección a distancia de Puigdemont.

«Pedir perdón, no saltarse ninguna decisión arbitraria del Tribunal Constitucional, sería muy mala opción», sentenció, antes de poner sobre la mesa la repetición electoral. «Sería mejor volver a hacer elecciones», remató en el programa Via Lliure de RAC-1.

Una opción que ha sido rápidamente descartada por Rull, que ha señalado que no quiere ni oír hablar de volver a las urnas, señalando que se había retomado las negociaciones para la investidura. «Nos pondremos de acuerdo. Estamos hablando y esto irá bien y se cumplirá el mandato democrático de los ciudadanos de Cataluña», comentó. Curiosamente Rull había sido el primero, hace una semana y en el mismo programa que Ponsatí, en abrir la caja de Pandora de otras elecciones. «Es un escenario posible, pero no EL escenario. Ahora queremos concentrarnos en lo que es posible», decía entonces, pensando en la investidura que no se produjo el pasado martes.

La investidura abortada por Torrent ha cargado de razones a los que, como Ponsatí, creen que antes que plegarse al TC es mejor apostar por una repetición electoral. Y que en ese escenario podrían arañarle unos escaños más a los republicanos en el derbi particular que mantienen por la hegemonía independentista, cambiadas las tornas de repente, con ERC siendo ahora los que echan el freno ante el choque de trenes y los posconvergentes, con Puigdemont al frente, abanderando el enfrentamiento con el Estado.

En ERC siguen defendiendo que lo que tiene que hacer Puigdemont es dar el paso al lado que dio Mas, siendo Joan Tardà el que más claramente lo manifiesta de puertas afuera. El portavoz republicano en el Congreso, que ya defendió hace una semana que si hacía falta se tendría que «sacrificar a Puigdemont», ha vuelto a abonar esa idea este sábado. «Todo el mundo es importante pero lo imprescindible es tener Govern», apuntó, considerando que hay que estar «en mejores condiciones» para «pasar de una república declarada solo simbólicamente a una efectiva».

Consciente de que la investidura puede reabrir viejas heridas entre republicanos y convergentes, Òmnium Cultural pidió ayer a ambos partidos «un ejercicio de autocrítica» y les instó a «no dejarse asustar» por la fuerza del Estado. El vicepresidente de la entidad, Marcel Mauri, reclamó a los partidos soberanistas «máxima unidad y generosidad» para poder garantizar lo antes posible la investidura, la formación de gobierno y la restitución de las instituciones catalanas.

El expresidente de la Generalitat y candidato a la investidura, Carles Puigdemont, aseguraó ayer que él no va a «desfallecer» pese a las dificultades, que llamó a superar «juntos» después de las discrepancias de esta semana entre las fuerzas soberanistas.

A través de un vídeo grabado en Bélgica, el líder de JxCat se dirigió a los asistentes a un acto organizado por la ANC y Òmnium Cultural en Reus (Tarragona), con el lema «Enciende la llama de la libertad».

Después de no asistir a la investidura fallida del pasado martes, que abrió un conflicto entre JxCat, ERC y la CUP, Puigdemont llamó a persistir.

«Yo no desfalleceré; sé que hay dificultades, las ha habido en el pasado y las hemos superado, y lo hemos hecho juntos, como lo habéis hecho hasta ahora y como lo seguiréis haciendo en el momento que toque», dijo a los soberanista concentrados.

También les transmitió que «sus luces iluminan el camino» y ha deseado estar «a la altura» de su «dignidad» para poder continuar «el proyecto de un país mejor», que se debe construir a través del «diálogo, la paz y la convivencia».

Puigdemont insistió en que, «por más dificultades, represión e injusticia» que haya desde el Estado «no podrán apagar todas esas velas» de los soberanistas.