Las apelaciones a la soberanía nacional estuvieron este viernes muy presentes en la Pascua Militar. Primero en la intervención de la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, que caracterizó al Ejército como una “herramienta leal y eficaz para garantizar el futuro de España”. Y después en el discurso del Rey, quien animó a las Fuerzas Armadas a defender “sin bajar la guardia” todos “los espacios de soberanía”.

Mientras las palabras de Felipe VI estaban referidas en especial a la lucha contra el terrorismo yihadista, las de Cospedal, que se estrenó como ministra en esta cita castrense, tuvieron un contenido más amplio. No citó en ningún momento el proceso independentista catalán, pero sí apeló al papel de los militares en la “defensa” de la Constitución.

Las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil, dijo, “deben ser consideradas como lo que son y lo que representan, lo que significan y protegen: algo de todos y en defensa de todos, una herramienta leal y eficaz para garantizar el futuro de España y del estado social y democrático de derecho plasmado en nuestra Constitución”. Para la ministra y secretaria general del PP, “la historia de la construcción de nuestra España debe leerse siempre a la par que la historia militar: y así seguimos haciendo historia, haciendo Fuerzas Armadas y haciendo España”.

LA “MAYOR AMENAZA”

En su tercera Pascua Militar, que cada año se celebra en el Palacio Real, Felipe VI, por su parte, instó al Ejecutivo y al Ejército a “no escatimar esfuerzos” en la lucha contra la violencia yihadista. A diferencia de su intervención durante la pasada Nochebuena, en la que avisó al independentismo catalán de que vulnerar las leyes solo lleva a “enfrentamientos estériles”, el discurso del Monarca estuvo esta vez centrado en el terrorismo.

“Hay que seguir apostando por el proceso de modernización que nos permita tener tanto la operatividad como la perspectiva necesarias para ir siempre por delante, porque no podemos dejarnos rebasar por los nuevos escenarios y desafíos actuales, cada vez más cambiantes e imprevisibles”, dijo el jefe del Estado ante un auditorio formado, entre otros, por el presidente del Gobierno,Mariano Rajoy, y la plana mayor de las Fuerzas Armadas. El terrorismo, continuó el Rey, supone la “mayor amenaza a la seguridad global” y debe combatirse con la “máxima eficacia y total determinación”.

LA TRAGEDIA DEL YAK-42

La Pascua Militar coincidió con la vuelta a la actualidad de la tragedia del Yak-42, el accidente de aviación en el que en el 2003 murieron 62 militares españoles que regresaban de Afganistán, a raíz de la divulgación del dictamen del Consejo de Estado que responsabiliza del siniestro al entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, actual embajador en Londres, puesto del que será relevado por el Gobierno. Este hecho estuvo muy presente durante la cita, instaurada por Carlos III después de que España recuperase Mahón el 6 de enero de 1782 de manos de los ingleses, pero ni el Rey ni Cospedal aludieron a él. Ambos, eso sí, tuvieron un recuerdo para los militares fallecidos en actos de servicio.

“El primer y más fundamental deber del militar, como bien sabemos todos los que lo hemos jurado ante nuestra bandera, es la disposición permanente para defender a España. Arriesgar la vida para proporcionar seguridad y protección a los demás es inherente a la esencia de la profesión militar. Pero siempre nos alcanza la pena cuando, como también ha ocurrido este año, mueren compañeros de armas en el cumplimiento de su misión”, concluyó el Monarca.