La Legión tiene un nuevo enemigo: sus michelines. El cuerpo de élite de la infantería española se enfrenta a un problema de sobrepeso y el Ejército de Tierra quiere poner a dieta a la fuerza de choque.

Aunque en julio unas fotos de hercúleos legionarios se hicieron virales, no todos los 3.000 militares con base en Viator (Almería) y Ronda (Málaga) tienen este porte apolíneo. "La Brileg [Brigada de la Legión] se halla inmersa en una situación que demanda una serie de medidas para paliar el sobrepeso entre su personal", admite el cuartel general en un documento interno al que ha tenido acceso 'El País'.

En esta tesitura, la Legión ha adoptado un plan IMC (Índice de Masa Corporal) que aúna medidas físicas, sanitarias, psicológicas e incluso económicas para meter en cintura a los soldados, un régimen castrense. Este "escenario difícil hace necesario reaccionar con prontitud", se subraya.

Así es el plan

El proyecto consta de cuatro fases. La primera es la genérica, con 12 semanas para ganar moral; seguida de una fase de acondicionamiento en la que se aumentará durante 12 semanas fuerza y resistencia. Después, llegan otras 12 semanas claves: la fase específica, donde se pretende alcanzar el mayor estado de forma física. Por último, habrá que entrar en otras 12 semanas para consolidar y mantener los resultados.

Tras pasar un examen médico, los que tengan en los umbrales del sobrepeso (un índice mayor de 27) comenzarán por la segunda fase, con un objetivo: bajar entre medio kilo y un kilo por semana.

La dieta, con cinco ingestas, será esta:

- Desayuno: dos veces, primero yogur y plátano; y a media mañana una tostada, naranja y una infusión o café.

- Comida: ensalada, un plato y postre.

- Merienda: infusión, leche, actimel, fruta o una barrita de pan.

- Cena: verdura hervida o una ensalada y algo a la plancha.

Además, se exige dedicar 20 minutos a cada ingesta (y sin televisión), y sin televisión, además de proscribe el consumo diario de alcohol.

Posibles castigos

También se prevé que aquellos miembros que no cumplan puedan ser sometidos a castigos, como la prohibición de participar en desfiles militares o de Semana Santa, o en juras de bandera. En casos extremos, las medidas podrían afectar incluso a su retribución o, todavía más, suponer el despido (si, pasado un año, una prueba demuestra la "perdida de aptitud psicofísica", lo que supone su expulsión).

Sin embargo, se recalca que "asumir que la aparición del problema del sobrepeso está relacionado con una falta de profesionalidad no siempre es correcto", ya que "puede haber detrás un problema de carácter cultural, patológico o incluso psicológico".