El Partido Popular instauró un perverso sistema de comisiones a empresarios adjudicatarios de obra pública y de castigos a quienes se negaban a pagar que hizo del sector de la construcción de Castellón un espejo de las mafiosas Sicilia o Nápoles, según ha denunciado este jueves Vicente Monsonís, ex presidente de los empresarios de la construcción de esa provincia en el ‘Hoy por Hoy’ de la Cadena Ser.

Su relato llega tras las confesiones de los empresarios, los cabecillas de Gürtel y de Ricardo Costa, ex secretario general del PPCV, en el juicio por la financiación irregular de este partido.

“Lo normal eran comisiones próximas al 3% aunque en algún caso eran superiores. Pero, verdaderamente, donde estaba el meollo no era en el porcentaje si no en los modificados de los proyectos que implicaban modificaciones de hasta el 20% según la ley de contratos estatal pero cuyo importe ya no era el 3% sino el 30%. A eso se le denominaba "pizza" y era la práctica habitual que se imponía”, ha denunciado.

Monsonís ha explicado que el PP pedía las comisiones “a través de terceros, nunca directamente, a no ser que hubiera excesiva confianza con el empresario” y que era “un modus operandi muy circunscrito a determinadas empresas de mucha confianza, no era generalizado, y se llegó a constituir verdaderos monopolios artificiales”.

A él, le ‘mataron’ por no pagar

El ex presidente de los constructores castellonenses ha lamentado que “los empresarios vamos a decir normales hemos vivido una ‘napolitización’ de la economía, del sector de la construcción porque era imposible entrar en determinadas obras si no era con los supuestos que te imponían”. Monsonís ha afirmado que él se negó siempre a esos pagos, lo que llevó a que dieran por “muerto”.

“Me lo dijo un director general, que también los hay buenos y honrados, que en una conversación de determinados dirigentes del partido se dijo ‘Vicente Monsonís está muerto’ porque yo era presidente, tenía una notoriedad y me negaba a determinadas prácticas”, ha relatado. También ha contado que en otras ocasiones los populares imponían socios a empresas adjudicatarias o, como castigo, elegían a empresas que no pagaban comisiones para obras grandes “y luego te cortaban la financiación, eso a nosotros nos pasó”.

No denunció por falta de pruebas y por miedo

Preguntado por las razones por las que no denunció estas prácticas, Monsonís dijo que “no podía, tenía en juego una serie de proyectos y sabiendo su 'modus operandi' y que eran capaces de arruinarte sólo faltaba que yo fuera al ámbito judicial contando amenazas y lo que me ha ocurrido”.

“¿Qué pruebas tengo yo para decir ‘señoría me ha ocurrido esto', más allá de que históricamente se ha adjudicado determinado tipo de obras a una sola empresa y las demás no hemos tenido”, se ha preguntado, antes de admitir que podía haber entrado en ese juego en otras circunstancias. “No sé qué hubiera pasado si en lugar de negárseme la posibilidad me hubieran dicho, ‘va Vicente, entra, aporta esto y…’ No sé si a base de insistir hubiera picado. Es complicado cuando tienes una empresa de 300 trabajadores”, ha argumentado.

Los funcionarios, otros partidos corruptos y Carlos Fabra

Monsonís ha subrayado que para sostener este sistema de comisiones era necesaria cierta colaboración desde dentro de las administraciones. “Había funcionarios que daban cobertura a los documentos que después suponían los pagos. Es una situación de ‘sicilización’ o ‘napolitización’”, ha expuesto.

También ha denunciado que “puntualmente” le consta que “hay que partidos que con otras determinadas empresas han entrado también en este tipo de juegos”, aunque en este caso “en determinados ámbitos se ha cortado radicalmente” y que no fue “con la exageración” del PP.

Cuestionado explícitamente por Carlos Fabra, ex presidente de la Diputación de Castellón, ha alabado sus políticas porque “pusieron a Castellón en el mapa” y aunque ha afirmado que “nunca me pidió mordidas” ha admitido que “se perdió en el laberinto de las empresas”.