El etarra Antonio Troitiño, alias 'Antxon', ha ingresado en prisión este lunes después de que hace seis años fuera puesto en libertad por error tras cumplir 24 años de los 2.700 años de cárcel a los que fue sentenciado por 22 atentados. Así lo ha decidido este lunes el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata tras comunicarle su procesamiento por un delito de integración en organización terrorista.

El miembro de la banda llegó el pasado viernes a España tras ser entregado por el Reino Unido y desde entonces se encuentra en la prisión madrileña de Soto del Real, a la que ha regresado tras comparecer ante De la Mata. Las autoridades británicas decidieron extraditar a 'Antxon', accediendo a la última de las cuatro Órdenes Europeas de Detención (OED) que ha cursado la Audiencia Nacional al detectar que había contabilizado mal sus años en prisión. El miembro de ETA quedó en libertad el 13 de abril del 2011 pero cuando la justicia española se percató de este error, el etarra ya se había marchado a Londres.

NO SERÁ ACUSADO DE FALSEDAD DOCUMENTAL

La Comisaría General de Información acreditó con ayuda de la Policía británica que Troitiño, que fue detenido en junio del 2012 y febrero del 2014 en Londres, se había integrado en las estructuras clandestinas de ETA, concretamente en el subaparato denominado IHESKO-Colectivo de Refugiados para huir de la justicia española usando para ello documentación falsa facilitada por la organización terrorista, según ha informado el Ministerio del Interior.

Según relata el juez en uno de sus autos, "Troitiño se puso de nuevo en contacto con la organización terrorista ETA a fin de que le ayudara a huir de España y así hacer ineficaz la busca y captura dictada contra el mismo". Entonces hizo llegar una fotografía suya al subaparato de falsificación de ETA, que le entregó seis documentos de identidad españoles simulados con su fotografía.

Pero en la comparecencia ante el juez, De la Mata ha comunicado a Troitiño que por el principio de especialidad no podrá ser acusado también por un delito de falsificación en documento oficial, tal y como figuraba inicialmente en la causa, ya que los jueces británicos no reconocen este delito.