El expresidente del Gobierno Felipe González vuelve a ser noticia por su amistad con el empresario español de origen iraní Massoud Zandi. Según publica este viernes 'El Confidencial', el exsecretario general del PSOE ayudó a Zandi a obtener una licencias para poder explotar minas y petróleo en el Chad y Sudán del Sur.

El diario digital acompaña la información con fotografías que demuestran que González estuvo presente en las reuniones entre Zandi y un ministro del Chad, que tuvieron lugar en el 2010 en las oficinas que posee el empresario en el Paseo de la Castellana de Madrid.

Según fuentes consultadas por 'El Confidencial', la mediación del expresidente español fue clave para que las autoridades de los dos países africanos consideraran a Zandi un "empresario serio", pues contaba con el respaldo del que fuera "presidente de España durante 14 años, un político respetado en todo el mundo". A cambio, añaden las mismas fuentes, González fue retribuido "convenientemente", aunque esta compensación no ha podido ser contrastada por el medio.

MINERALES Y CRUDO

Zandi y su socio, Alberto Cortina, obtuvieron para su empresa SP Mining concesiones para explorar y explotar 130.000 kilómetros cuadrados ricos en minerales (oro, zinc, cobre y diamantes) y crudo en el Chad. A cambio, la firma se comprometió a construir dos hospitales y un colegio. Finalmente, el proyecto no se llevó a cabo y SP Mining, domiciliada en Singapur para pagar menos impuestos, fue cerrada.

En Sudán del Sur, Zandi obtuvo autorización para otra de sus empresas, Star Petroleum (domiciliada en Luxemburgo y controlada a través de sociedades 'offshore' en Samoa y Seychelles), para explotar una extensión de 50.000 kilómetros cuadrados rica en petróleo.

Zandi aparece en los 'papeles de Panamá' del despacho Mossack Fonseca vinculado a unas 10 sociedad 'offshore' y presidió una entidad impulsada por González y el presidente del grupo Prisa, Juan Luis Cebrián, la Fundación Atman para el Diálogo entre Civilizaciones.

Los 'papeles de Panamá' también han salpicado al expresidente a través de su actual mujer, Mar García Vaquero, que gestionó una cuenta en Suiza mediante una sociedad afincada en un paraíso fiscal en el 2004.