Esperanza Aguirre se sentará en el banquillo para ser juzgada por una falta de desobediencia a la autoridad por haberse dado a la fuga cuando estaba aparcada en un carril bus de la Gran Vía madrileña el pasado año. La Audiencia Provincial de Madrid ha ordenado al juez que tramite este caso y ha revocado su decisión de archivarlo.

Los jueces dan la razón al fiscal que se opuso al archivo de esta causa por entender que la dirigente popular cometió una desobediencia leve cuando se negó a facilitar la documentación de su coche a los agentes de movilidad que se lo habían requerido y optó por marcharse después de golpear y tirar la motocicleta de uno de los agentes e irse a su domicilio.

El tribunal, sin embargo, rechaza el recurso presentado por el agente de movilidad Antonio Alarcón, que pidió que Aguirre sea juzgada por un delito de desobediencia y por otro de lesiones. Los togados han rechazado estas pretensiones por entender que en la desobediencia a los agentes el perjudicado es la sociedad y, por tanto, nadie puede asumir esta condición.

Esta es la peor noticia que podía recibir Aguirre, que opta al la alcaldía de Madrid en las próximas elecciones del 24-M.