Gran parte de la batalla en Podemos se dirime en un campo muy árido, el del reparto y composición de sus órganos. Lavotación en el partido morado, cuyos resultados se conocerán este domingo al mediodía, no es única. Son seis distintas. Los militantes eligen de forma separada al próximo secretario general, la lista de la dirección y cuatro documentos: político, organizativo, ético y de igualdad. El sistema es mayoritario, favoreciendo la victoria de una de las tres corrientes (pablista, errejonista y anticapitalista) en todas las materias. Las propuestas del equipo dePablo Iglesias son las favoritas, pero los colaboradores de Íñigo Errejón avisan de que tienen posibilidades de ganar la parte organizativa. Si eso ocurre, habrá cambios en el funcionamiento de Podemos, empezando por el poder del líder.

Los documentos políticos tienen una enorme carga simbólica. A grandes rasgos, el líder reclama un enfoque más radical, con mayor presencia en la calle; el secretario político y portavoz parlamentario, más transversalidad y trabajo institucional. Pero es la vertiente organizativa la que puede tener consecuencias prácticas a corto plazo.

Iglesias defiende en este campo dejarlo todo más o menos como hasta ahora. Un consejo ciudadano formado por 62 dirigentes elegidos de forma directa en una única circunscripción, cuatro integrantes de los círculos, los 17 líderes territoriales y el propio secretario general, que tiene, además, amplias competencias para convocar referéndums entre las bases. Errejón quiere ampliar este organismo. Los miembros actuales seguirían teniendo un asiento allí, pero la composición del ente se vería aumentada por tres cargos de fuera de España y, mucho más importante, otros 62 elegidos por las autonomías, para que el consejo ciudadano tenga también una representación territorial. Los referéndums, por último, no podrían ser convocados por el secretario general, sino solo por el 3% de los militantes. Ahora mismo, el porcentaje para activar este mecanismo, que Iglesias busca mantener, se sitúa en el 10%.

EL PRECEDENTE DE DICIEMBRE

Los planteamientos son enrevesados, pero la principal diferencia se sitúa en las atribuciones del secretario general. Con el planteamiento de Errejón, Iglesias tendría menos poderes y las bases más. "Podemos ganar en este apartado", señalan en el equipo del secretario político, mucho más pesimista sobre las posibilidades del resto de sus propuestas, de la política a la lista de dirección. En la vertiente organizativa, subrayan, hay un precedente: la consulta de diciembre sobre el sistema de elección en este congreso, que se saldó con una victoria mínima del secretario general: 41,57% frente a 39,12%.

¿Qué ocurriría si esta vez gana Errejón? Es difícil de prever. Pese a que ni su corriente ni la anticapitalista discuten que debe continuar como líder, Iglesias ha planteado este congreso como un plebiscito sobre sí mismo, anunciando que dimitirá si su lista a la dirección y sus documentos no salen adelante. Pero los errejonistas creen que una derrota del secretario general en la parte organizativa no tendría que conllevar su despedida. Con esta hipotética victoria, además, el secretario político mostraría su fortaleza y podría seguir en su puesto. Sería una salida pacífica a la guerra fratricida vivida durante los últimos tiempos en Podemos.