Mientras Junts per Catalunya y ERC siguen negociando en Bruselas el futuro de Carles Puigdemont, el Gobierno central reclamó este martes a Ciudadanos que tome la iniciativa para desbloquear la situación y no espere a que todo se plantee "desde Madrid". La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, elevó el tono contra Inés Arrimadas y le instó a que haga valer su triunfo electoral el 21-D y "dé la batalla". La número dos de la Moncloa está "atenta" al informe que los letrados del Parlament tienen que dar a conocer de forma inminente sobre cuándo empiezan a contar los dos meses de plazo para nombrar al presidente de la Generalitat, pero en todo caso avisó a Roger Torrent de que una investidura simbólica también incumpliría las decisiones del Tribunal Constitucional.

Santamaría cree que el presidente de la Mesa no puede bloquear la investidura sine die. En la Moncloa ven que Torrent entra ya en una fase "delicada" si no asume su cargo y "pone orden" entre los soberanistas. Además, fuentes gubernamentales también avisan de que una reforma de la ley de la Presidència para poder elegir a Puigdemont requiere el apoyo de una mayoría cualificada, que suponen 90 escaños al menos en el Parlament. Junts per Catalunya, ERC y la CUP suman 70 diputados.

Leer la cartilla

"[Arrimadas] debería haberse movido, debería estar todo el día diciéndole al señor Torrent lo que hay detrás, que todo esto que están planeando perjudica a Catalunya", se quejó la número dos de la Moncloa en una entrevista en Telecinco. "Le lee más la cartilla a Mariano Rajoy que a Puigdemont", insistió en otro momento.

La tendencia alcista de Ciudadanos en los sondeos y el bloqueo del proceso de la investidura en el Parlament están aumentando el nerviosismo en la Moncloa, que ve cómo el 155 se alarga y muchas otras cosas se paran, como la negociación de los Presupuestos de 2018 (por la negativa del PNV a sentarse antes de que se desatasque la situación de la Generalitat) y el nuevo modelo de financiación autonómica (parado porque no hay representante catalán).

En la Moncloa creen que Arrimadas podría ser más dura con Torrent y pedirle que convoque la Mesa. Según el reglamento del Parlament, ese órgano que regula el funcionamiento de la Cámara solo lo puede reunir el presidente, así que en el equipo de la lideresa de Ciudadanos lo consideran tiempo perdido. Sí que podría intentar forzar una Junta de Portaveus, que se puede convocar con la quinta parte de los diputados, un número al que llegan los naranjas.

La presión a Arrimadas por parte del Gobierno central podría aumentar todavía mucho más si el informe de los letrados llega a la conclusión de que el reloj no ha echado a andar todavía. Si la dirigente de Ciudadanos consiguiera que Torrent la propusiera a una investidura (sin éxito, ya que los comunes aseguran que no la votarían), eso podría ayudar a "unir a los independentistas" frente a las "fracturas" que se están viendo en las negociaciones en Bruselas, señalan en el equipo de Arrimadas.