El PP y el PSOE se enzarzaron ayer en una guerra de cifras sobre los beneficios para España del pacto presupuestario europeo. Zapatero lo cifró en 16.000 millones y dejó para un cálculo más preciso qué parte de esta cantidad corresponde a las ayudas que él ha obtenido, y qué parte son los flecos de las subvenciones del periodo 2000-2006, negociadas por José María Aznar en 1999 pero que no llegarán de manera efectiva a España antes del 2007.

Zapatero votó en la cumbre europea de junio en contra de un presupuesto que, según sus cálculos, daba a España un saldo neto positivo de 4.738 millones de euros. El saldo neto es el resultado de restar al total de las ayudas europeas que España habría podido recibir, la contribución española. Después, el Ministerio de Economía corrigió la cifra a 7.000 millones.

La propuesta que el 5 de diciembre hizo el Reino Unido fue rechazada por España, que estimó que se perdían 1.000 millones respecto a la de junio. El día 14, Londres hizo otra propuesta en la que España recuperaba 500 millones. El saldo era de 6.500 millones.

La diplomacia española arrancó de la cumbre un fondo de ayudas para I+D específico dotado con 2.000 millones, lo que lleva el saldo a unos 8.500 millones. A partir de ahí, el Gobierno se atribuyó unos 400 millones de ayudas para el control de la inmigración, pero se trata de un cálculo sobre un presupuesto global en el que no se ha hecho aún un reparto por países. El resultado es de 9.000 millones, pero fuentes de la UE hicieron la salvedad de que estos cálculos son aproximados.