Pablo Iglesias e Íñigo Errejón llegaron juntos al hemiciclo del Congreso este martes a un pleno que han seguido a medias, con constantes entradas y salidas. Esta tarde, según confirmaron ambos, abundarán en las conversaciones que iniciaron este lunes para definir qué lugares de responsabilidad debe ocupar cada familia después del resultado en Vistalegre 2, en el que Iglesias salió como triunfador indiscutible. La decisión definitiva, por votación, la tomará el nuevo Consejo Ciudadano Estatal (CCE) este sábado pero todos dan por hecho que en estos días previos tratarán de acercar posiciones sobre qué roles ocuparán a partir de ahora. En cualquier caso, el máximo órgano morado entre congresos tiene mayoría pablista, de modo que la propuesta que plantee el secretario general tiene todas las facilidades para salir adelante. En ese encuentro se comprobará la "generosidad" y "humildad" que Iglesias ha comprometido ante sus bases.

Errejón opina que la ejecutiva que salga nombrada el sábado debe reflejar el porcentaje de Vistalegre 2. Según sus cálculos esto implica el 40% de sus miembros. El documento organizativo de Iglesias, que resultó ganador, define que ese órgano tendrá entre 10 y 20 miembros, lo que se traduciría entre 4 y 8 puestos para la familia errejonista. Esas cifras, sin embargo, son mera especulación y los términos concretos de lo que están negociando Iglesias y Errejón no ha trascendido.

El portavoz ha señalado que le gustaría conservar este puesto y ha defendido su labor en el Congreso, pero también ha indicado que está dispuesto a asumir todas las consecuencias de su derrota. “Si Pablo considera que sigue siendo útil seguiré, si considera que hay compañeros más capacitados lo aceptaré”, ha sentenciado en su intervención tras la Junta de Portavoces, una rueda de prensa que, si es relevado, podría ser la última. Esa posibilidad la ha llegado a mencionar el portavoz del PP, Rafael Hernando, en su comparecencia anterior.