El comisario jefe del Instituto de Estudios de Policía, José Cabanillas, aseguró hoy que en los informes elaborados tras el 11-M se concluye que entre presos de ETA y de terrorismo islamista no existe "ninguna relación más allá de la del compañerismo propia dentro de las prisiones". Así lo manifestó Cabanillas, que, junto a un inspector jefe de la Unidad Central de Inteligencia (UCI) de la Policía, son los dos primeros peritos que comparecen en el juicio, y explicó que llegaron a esa conclusión tras elaborar un informe a petición del juez instructor del 11-M, Juan del Olmo, sobre hipotéticos vínculos entres islamistas y ETA, y el último afirmó que "no hay ningún tipo de conexión entre una organización y otra".

Cabanillas, agente que, según el ex director general de la Policía, Agustín Díaz de Mera, manipuló un informe para ocultar las supuestas vinculaciones entre ETA y el 11-M, relató que la pericia encargada por el magistrado se llevó a cabo tras haber tenido lugar la denominada operación "Nova", entre octubre y diciembre de 2004.

Las averiguaciones de esa operación pudieron generar confusiones, según Cabanillas, sobre una supuesta relación entre presos islamistas y etarras en prisiones españoles, y como ejemplos citó un ejemplar del diario "Gara" que se le halló a un islamista, pero que usaba "como mantel", o la nota en la celda del preso Abdelkrim Bensmail en la que estaban los nombre de algunos etarras, como el de Henri Parot.

Finalmente, dijo, la conclusión a la que se llegó era que "no existía ninguna relación entre los elementos que se encontraron". Además, el inspector jefe de la UCI, que en la época de los atentados estaba destinado en la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) de la Policía, explicó que estas conclusiones se incluyeron en un informe final con fecha de febrero de 2006, en el que se adjuntaron todos los que se habían realizado antes del 11-M entre posibles vinculaciones entre ETA y otras organizaciones.

Cabanillas, a preguntas del presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, precisó que nunca ha participado en labores de investigación sobre terrorismo para la Policía, pero que sí conocía el mundo islámico por su experiencia en el tráfico de drogas con implicados musulmanes, lo que, según dijo, le ayudó a "conocer sus costumbres y como reaccionan, y sobre todo, a adelantarnos a ellos".

El comisario jefe también explicó que otro de los informes que realizaron sobre las organizaciones implicadas en los atentados concluyó que todas las organizaciones estaban "dentro de la órbita que ha marcado Al Qaeda" y más concretamente la corriente salafista que domina parte del norte de El Magreb, que está considerada brazo de Al Qaeda en el norte de África, añadió. En ese sentido, manifestó que aunque los implicados en la masacre puedan ser distintos países u organizaciones, siempre están "bajo la misma corriente norteafricana".