«Es un verdadero orgullo [...] Es lo que he hecho toda mi vida y les aseguro que me encanta», afirmó ayer Dolores Delgado respecto a su nueva función al frente de Justicia. La fiscala de trinchera que quiere ser «ministra de trinchera» logró transmitir su «empeño, ilusión y fuerza» a un auditorio en el que se echó en falta a su antecesor, Rafael Catalá. En esta nueva etapa, de la que, señaló, «la sociedad espera mucho», apuesta por la transparencia, los operadores jurídicos, las víctimas y las asociaciones de jueces y fiscales, que el 22 de mayo hicieron una huelga para reivindicar una modernización de la justicia, su despolitización y mejoras retributivas. Destacó la importancia de «las confesiones religiosas», porque «la solución a grandes problemas, como el terrorismo, vienen por comprender al otro». Aún tiene que montar su equipo, pero descartó que hoy se sepa quién sustituirá a Julián Sánchez Melgar como fiscal general.