L a dirección del PSOE aragonés se ha vaciado en las últimas horas para poner de relieve unidad ante la crisis abierta en el partido por la dimisión de 17 miembros de la ejecutiva federal. El objetivo que se ha marcado el secretario regional, Javier Lambán, es minimizar cualquier disidencia, demonizar a los fieles de Pedro Sánchez y conseguir que la delegación aragonesa cierre filas hoy en el comité federal convocado por Ferraz, alineándose sin fisuras del lado de los críticos. Es decir, colocar el partido en manos de una gestora, tal como sugirió ayer la comisión de ética y garantías del PSOE, de la que forma parte la eurodiputada aragonesa Inés Ayala.

Al mismo tiempo, la cúpula socialista intenta que esa unidad se demuestre también en iniciativas de apoyo aparentemente espontáneo, como ocurrió la noche del jueves cuando líderes de agrupaciones socialistas de la capital aragonesa celebraron un acto de apoyo al secretario regional y con el jefe local, Carlos Pérez Anadón, uno de los dimisionarios de la ejecutiva de Sánchez.

Respecto del decisivo comité federal, Lambán da por seguro que no contará con el apoyo de Susana Sumelzo, miembro de la dirección nacional y fiel al secretario general. Sumelzo se ha mantenido en la ejecutiva a diferencia de Pérez, y ha dejado claro que su opción política pasa por la defensa de Pedro Sánchez en la convocatoria de un congreso extraordinario que dé voz a la militancia y por el intento de formar un gobierno alternativo al del Partido Popular. En esa misma tesis se ubicaría otro de los representantes aragoneses en el comité, Simón Casas, afín a Sánchez. El exconsejero de la DGA fue invitado ayer por dirigentes del partido en Teruel a votar con la delegación o en su defecto a excusar su presencia en el cónclave.

El cierre de filas ordenado por Lambán supondría que nueve o diez (dependiendo de la posición de Casas) de los once representantes de la comunidad votaran a favor del frente de Susana Díaz, cuya intención pasa por fomar una gestora que, previsiblemente, ordenaría una abstención para facilitar la investidura de Mariano Rajoy y ralentizaría la convocatoria del congreso hasta reencontrar los equilibrios. Fuentes del PSOE aragonés manifestaron que sería de su agrado que la comisión gestora estuviera presidida por el presidente asturiano Javier Fernández, del que Lambán se ha considerado siempre ferviente admirador.

DENUNCIA EN FACEBOOK

Los intentos de cohesionar al partido en torno a las tesis de Lambán se produjeron el día en que la cabeza visible de los afines a Sánchez en Aragón denunciaba el recrudecimiento de una campaña de desprestigio contra ella de la que dice ser víctima hace meses. Poco después de la medianoche, Susana Sumelzo redactaba una entrada en su página de Facebook en la que desvelaba que varios asistentes al mencionado cónclave de las agrupaciones locales de Zaragoza, dirigido por Carlos Pérez Anadón, le informaban que se iba a poner en marcha una campaña contra ella auspiciada por el secretario general de Aragón. «Barra libre contra la Sumelzo», aseguraba la propia diputada, al tiempo que premonizaba que el acoso iba a comenzar con una entrevista o artículo crítico de Juan Antonio Sánchez Quero, como efectivamente ocurrió. El presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza es un declarado enemigo de Sumelzo, a la que dirigió una carta para expresarle que no podía apoyar su candidatura como número uno de la provincia al Congreso de los Diputados por haberse alineado a favor de la supresión de las diputaciones provinciales.

La grave acusación de Sumelzo fue respondida por uno de los asistentes al encuentro de secretarios locales, el concejal Roberto Fernández, secretario de la potente agrupación de Delicias. Fernández arguyó que el motivo de la reunión fue «dar un apoyo unánime a la decisión adoptada por Carlos Pérez de dimitir de la ejecutiva», y destacó que la reunión (en realidad una velada gastronómica en un restaurante del casco histórico de Zaragoza) a la que acudieron nueve de los 13 secretarios de las agrupaciones zaragozanas, tuviera como objeto ir en contra de «ningún compañero» ni, en concreto, contra la diputada Susana Sumelzo. La reunión fue interpretada como una posible estrategia de Pérez para blindar su decisión, ante la eventualidad de que finalmente Sánchez no pierda el pulso con los críticos. El portavoz socialista en el ayuntamiento zaragozano no entró en el fondo del asunto y se limitó a declarar que su decisión de abandonar la ejecutiva había sido muy difícil.