El expresidente balear Jaume Matas ha defendido hoy que el trabajo por 42.000 euros anuales que le buscó a su mujer en 2007 fue real y lo consiguió por su amistad con el hotelero que la contrató, y no por ser entonces jefe del ejecutivo autonómico, como afirma el fiscal que le acusa de cohecho.

En la primera jornada del juicio con jurado que se celebra en la Audiencia de Palma, Matas ha admitido que a finales de 2006 pidió trabajo para su mujer al empresario Miguel Ramis y negoció con él un salario de 2.900 euros mensuales, más pagas extras, pero ha asegurado que su esposa hizo el trabajo.

Después del expresidente balear, para quien Anticorrupción pide una multa de 9.000 euros más la devolución de los salarios percibidos por un trabajo inexistente, han declarado el empresario hotelero y la esposa del antiguo líder del PP balear, Maite Areal, que ha asegurado que hizo el trabajo por el que la contrataron y consiguió clientes para el hotel gracias a los contactos que había hecho como consorte del exministro y dirigente autonómico.

Matas ha admitido que el hotel Valparaíso era "el de referencia para el PP", que celebraba numerosos actos en dicho establecimiento, pero ha dicho que él, como presidente del Govern balear, nunca lo contrató.

"Yo estaba en disposición de haber solicitado este favor a mucha gente, no solo de aquí sino de fuera de aquí", ha dicho ante el jurado popular que juzga al exlíder del PP balear, quien ha insistido en que pidió trabajo para su mujer como haría cualquiera por un hijo.

En cuanto a la fijación del salario de Areal, que según el fiscal es fruto de una exigencia sin contraprestación a un empresario que temía perder sus relaciones comerciales con el Govern y el PP, Matas ha admitido que lo propuso él a partir del sueldo que cobraba su mujer en una empresa de la que había sido "despedida" anteriormente.

"Si yo voy a pedir ese trabajo a un constructor o empresario que trabaja con la administración y me puede crear algún problema me habría equivocado grandísimamente, pero no cuando hago lo que creo que haría cualquier padre de familia", ha afirmado.

Ha añadido que, dada su condición de presidente del Govern, su mujer tenía dificultades laborales: "No podía hacer nada, era muy difícil para mi mujer trabajar en Mallorca y que algo no chocara conmigo".

Ha justificado que su mujer no buscara empleo en su profesión (es maestra), por el hecho de que desde que trabajó durante 4 años como asesora en el gabinete de Educación de la Comunidad de Madrid, a partir de 2001, su carrera profesional "dio un salto cualitativo".

Matas ha relatado que el hotelero accedió a darle empleo de relaciones públicas a su esposa como favor, aceptó que ella tuviera que atender actos institucionales y electorales acompañándole y que en los últimos meses se trasladara incluso a vivir a Estados Unidos.

Ha admitido que el contrato finalizó a finales de 2007 "porque lo de Estados Unidos no funcionó".

Al presentar el caso ante el jurado, el fiscal anticorrupción, Pedro Horrach, lo ha comparado con la condena dictada por el Tribunal Supremo en 2008 contra dos guardias civiles porque frecuentaban un club de alterne en el que no pagaban ni las bebidas ni los servicios sexuales.

Ha recalcado que recibieron los regalos por "el simple hecho de ser guardias civiles", que "les confería una situación de superioridad, un estatus superior".

"Aprovecharse de este poder para obtener estas ventajas no se puede permitir y por eso fueron condenados. Aquí y ahora la historia se repite, desgraciadamente", ha afirmado Horrach, que ha achacado este comportamiento a "gobernantes que se aprovecharon de su condición de seres superiores para obtener lo que querían".

El abogado de Matas, Miguel Arbona, ha subrayado que no hubo nada de dinero público en el salario que recibió Maite Areal y que cuando un regalo se recibe de un amigo no es delito aunque sea funcionario público.

En su declaración como testigo, Areal ha insistido en que sí trabajó y consiguió contratos para el hotel, en concreto dos congresos médicos organizados por la Fundación Kovacs.

Aunque nunca rindió cuentas ni presentó un informe sobre su labor, ni mostró material promocional a sus potenciales clientes, trató de atraer al Valparaíso a muchas de las personas con las que se relacionaba en Madrid, en donde permanecía largas temporadas junto a sus hijos en 2007, ha relatado.

"No voy a decir ningún nombre de nadie", ha afirmado cuando el fiscal le ha preguntado por los contactos que hizo para el hotel, aunque finalmente ha citado al exministro Eduardo Zaplana, al que se dirigió para atraer huéspedes del PP de Madrid, a un directivo de Telefónica y a un promotor musical afincado en Mallorca, además de al doctor Francisco Kovacs.

El hotelero Ramis ha asegurado que la empleó a petición de Matas porque se sintió "comprometido" por su amistad, pero no "presionado" por su condición de presidente autonómico y líder del PP regional, y ha explicado además que "no la controlaba" porque rendía cuentas ante el director del hotel, del que él es administrador.

El hotelero, a quien el fiscal Pedro Horrach le ha recordado que ante el juez instructor declaró que se había sentido "presionado" por Matas, ha afirmado que el contrato con Areal se rompió porque vio "que el rendimiento no era el esperado", si bien luego se ha desdicho y ha afirmado que cesó porque habían pactado un año de trabajo.