El nuevo ministro de Cultura, Màxim Huerta, ha asegurado este jueves que está "a favor del humor y de la libertad de expresión, incluso de la chanza" y que es "absolutamente tolerante", por lo que ha considerado que no hay problema en que revisen sus tuits. No obstante, ha destacado que su labor empieza ahora y antes escribía sin saber la repercusión que tendrían sus mensajes.

En declaraciones en RNE antes de la toma de posesión, el también ministro de Deportes, se ha referido a uno de los tuits escrito por él, en el que afirma que "odia" el deporte, y ha explicado que "está mal entendido" porque "falta una parte de la frase" en la que dice que no le gusta practicar deporte, ya que es asmático. Sin embargo, ha asegurado que admira a todos los deportistas porque son "superhéroes ganen o no ganen medallas" y hacen algo que él no ha podido hacer.

Posteriormente, en un mensaje publicado en Twitter, ha asegurado que a pesar de que no practica ni solía seguir el deporte, tiene intención de "mimarlo y amarlo".

En la entrevista radiofónica, Huerta ha manifestado que no se arrepiente de sus mensajes en Twitter pasados porque aún no los ha visto, pero cuando los vea "seguro" que se arrepentirá y "corregirá", aunque ha insistido en que su labor como ministro empieza a partir de hoy "con ganas y responsabilidad".

De hecho, este mismo jueves, Junts per Catalunya ha considerado que no puede ser ministro por los mensajes publicados, que ha calificado de "denigrantes, insultantes, xenófobos y sexistas".

Repercusión

Huerta ha aclarado que escribe en las redes sociales desde que eran "casi como un chat de amigos y sin saber la repercusión y sin saber que las cosas se podían utilizar".

Sobre sus prioridades al frente del ministerio, ha citado cuestiones como el Estatuto del artista, cambiar la ley de mecenazgo, o poner el IVA del cine "a niveles europeos".

"La cultura es un tesoro, no podemos menospreciarlo", ha advertido y ha añadido que hay que prestarle atención tanto a los creadores como a los que quieren a acceder a esa cultura que es lo que hace a la gente "libre y además felices".

Además, ha confesado que no se esperaba la llamada de Pedro Sánchez para ofrecerle dirigir un ministerio. "Si dijera que lo esperaba sería un arrogante, y no lo soy, sigo siendo un chaval de pueblo que ha trabajado y ha llegado hasta aquí", ha reconocido, y ahora es momento de aceptar el reto "de forma positiva y con compromiso".