El consejero catalán de Interior, Joaquim Forn, desveló ayer en una entrevista en la Cadena SER que el correo de respuesta que el sargento del Área Central de Análisi de los Mossos d’Esquadra envió a un policía local de Bélgica, preocupado por la llegada a su país del imán Abdelbaki Es Satty en enero del 2016, incluyó la aclaración de que este clérigo, sospechoso de radicalizar a los jóvenes que perpetraron los atentados de Barcelona y Cambrils en los que fueron asesinadas 16 personas el 17 de agosto, estaba trabajando de imán en Ripoll.

La respuesta de este correo fue enviada en marzo del 2016, dos meses más tarde de la petición por parte del policía belga. Según la versión tanto de los Mossos como del gobierno catalán, el diálogo de los dos policías fue informal y entre dos personas que habían trabado amistad tras coincidir en un congreso europeo. En ningún caso, reiteraron, se trató de un aviso. Simplemente fue un requeremiento de información que ni siquiera se gestionó por el cauce oficial. Por ambos motivos, el correo belga no activó ninguna investigación policial ni puso sobreaviso a la Comisaría General de Información sobre el imán.

LA NOVEDAD

Hasta ahora, sin embargo, no se había revelado que este sargento, no adscrito al área antiterrorista, incluyó en la respuesta del correo que el imán Es Satty ya había regresado a Cataluña y que se encontraba nuevamente ejerciendo en Ripoll. Fuentes de la consejería catalana de Interior no quisieron aclarar las dudas que suscitó las palabras de Forn. Por ejemplo, acerca de cómo este sargento obtuvo la información o si más personas dentro de esta comisaría tuvieron conocimiento de la petición de información de la policía belga.

El presidente de la comunidad islámica de Ripoll, Alí Yassine, explicó a este diario que los Mossos se pusieron en contacto con él «sobre abril» del 2016 para preguntarle si Abdelbaki estaba trabajando en la mezquita de esta población. «Estaba empadronado en Ripoll, todo el mundo sabía que Abdelbaki estaba allí», añadió.

La publicación de la existencia de este correo por parte de los medios de comunicación, hace unos días, provocó indignación en el seno de la policía catalana. El mail en concreto decía esto: «Quería pedirte si hay la posibilidad de indagar sobre una persona que quiere trabajar aquí, en Vilvoorde, como imán. En el fichero adjunto encontrarás su identidad. Sé que se está planteando ir a Barcelona en febrero y que está casado allí. Cuanta más información puedas compartir sobre este individuo, ¡mejor!».

La respuesta que el policía catalán envió a su homólogo belga, según los Mossos, demuestra que a ellos no les constaba ningún antecedente por parte el imán, a pesar de que Es Satty había cumplido 4 años de condena por tráfico de drogas en la cárcel de Castellón, entre 2010 y 2014, y también había sido condenado por falsificación documental en el 2003. En el correo se añadió también que un primo de Es Satty, Mostapha, había sido investigado en el marco de la Operación Chacal, activada tras los atentados de Atocha del 11-M contra una célula juzgada por reclutar terroristas -la sentencia de este juicio fue finalmente invalidada por una absolución del Tribunal Supremo por falta de pruebas-.

En esta operación del Cuerpo Nacional de Policía el propio Abdelbaki también fue investigado. Pero ni los antecedentes penales de Es Satty ni las pesquisas de la policía española, que llegó a pincharle el teléfono, llegaron a oídos de los Mossos, según la policía catalana.