El presidente del Consejo de Estado, Iñigo Cavero, murió ayer en la Clínica de La Luz de Madrid a los 73 años de edad, a causa de un infarto. Cavero había sido ingresado la semana pasada a consecuencia de un derrame cerebral. La capilla ardiente con los restos mortales de Cavero quedó instalada por la tarde en la sede del Consejo, situada en la calle Mayor de Madrid, hasta donde se acercaron familiares y amigos del que fuera ministro de Educación y Ciencia y de Justicia en los gobiernos de Adolfo Suárez. Será enterrado en la localidad navarra de Cintruénigo.

Iñigo Cavero Lataillade, de 73 años, era presidente del máximo órgano consultivo del Gobierno desde marzo de 1996, coincidiendo con la llegada al poder del Partido Popular. Abogado en ejercicio hasta entonces, doctorado en Derecho y profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Complutense de Madrid durante 37 años, Cavero era también catedrático emérito de Derecho Constitucional en la Universidad San Pablo-CEU y titular de la Cátedra Jean Monnet de unificación europea.

El presidente del Gobierno, José María Aznar, visitó la capilla ardiente junto a su esposa y uno de sus hijos. Desde que se conoció la noticia circularon por la sede de la madrileña multitud de políticos y personalidades, entre los que destacan varios ministros del gabinete de Aznar o el expresidente del Gobierno Leopoldo Calvo-Sotelo, con quien Cavero fue ministro de Cultura entre 1980 y 1981.

El secretario de Ciudades y Política Municipal del PSOE, Alvaro Cuesta, se manifestó "sorprendido y consternado" por la muerte de Cavero, a quien definió como "un gran demócrata y un humanista, pero sobre todo un hombre de Estado". El vicepresidente primero del Gobierno destacó "el enorme historial de servicio público" del fallecido, al igual que el ministro de Defensa, Federico Trillo.

Por su parte, los Reyes y el príncipe Felipe enviaron sendos telegramas a la viuda, Belén Martínez Campos, nada más tener conocimiento del fallecimiento del presidente del Consejo de Estado.

El vicepresidente primero del Gobierno , ministro de Presidencia y Portavoz del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró que es "una gran desgracia y una enorme pérdida para su familia y para el Estado".

A su llegada a la sede del consejo de Estado, donde se instlaó la capilla ardiente del hasta ahora presidente, el ministro Rajoy indicó también que Cavero ha sido "un hombre con un enorme historial de servicio público y además una persona de bien". Entre las personalidades que anoche visitaron la capilla ardiente estaban expresidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo y el alcalde de Madrid, Alvarez del Manzano.