El mundo de la política, en general, y el socialismo en particular, se conmocionó ayer al conocer la noticia del fallecimiento de Carme Chacón. La exministra socialista de Defensa y Vivienda fue localizada ayer muerta en su domicilio, donde varios amigos acudieron después de que su familia no pudiera contactarla desde anoche. Nacida en Esplugues, tenía 46 años y sufría una cardiopatía congénita, que le diagnosticaron con 10 años.

Diputada en el Congreso desde el 2000 hasta el 2016, salvo un paréntesis de algo más de un año para impartir clases en Miami, Chacón tuvo en José Luis Rodríguez Zapatero a su principal valedor. Vicepresidenta primera del Congreso desde el 2004, el entonces presidente del Gobierno la nombró ministra de Vivienda en el 2007, y un año más tarde la convirtió en la primera mujer española al frente del Ministerio de Defensa. Por entonces estaba embarazada de su hijo Miquel, que tiene ahora 8 años.

Tras la retirada de Zapatero en el 2011, Chacón se planteó aspirar a ser la candidata socialistas a la Moncloa, pero finalmente descartó disputarle el puesto al entonces vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba. El pulso lo terminaron librando, meses después, por la secretaría general del PSOE en el congreso federal de Sevilla.

Pese a contar con el apoyo de destacados barones socialistas, Chacón acabó perdiendo por 22 votos. Después de la dimisión de Rubalcaba en el 2014, sopesó volver a intentarlo pero acabó anunciando que no se presentaba en una carta: «No contribuiré a la ceremonia de la confusión», sentenció.

El 28 de abril del 2016 anunció que renunciaba también a presentarse a las primarias del PSC para ser cabeza de cartel de las elecciones generales del 26-J. Había sido la abanderada de los socialistas catalanes en tres ocasiones y tras los malos resultados obtenidos en la última contienda (el PSC obtuvo su peor resultado, 8 diputados, muy alejado del récord que ella también había logrado en el 2008 con 25) renunció a volver a presentarse. Tras un tercio de su vida en el Congreso, se apartaba de la primera fila de la política.

«No dejaba indiferente a nadie, estaba en todos los combates y siempre la recordaremos como lo que fue: una militante de una sola pieza, que pese a ser frágil era muy fuerte; hoy nos sentimos más huérfanos, más solos, más tristes, pero el consuelo es que todo lo que hizo y su ejemplo nos acompañarán siempre», explicó un compungido Miquel Iceta en la sede de Nicaragua.

El líder del PSC agradeció todas las muestras de condolencia recibidos. Como Carles Puigdemont, que se mostraba «impactado» por la noticia y trasladaba todo su afecto a la familia, y a su partido. O Mariano Rajoy que, además, ha querido destacar que era una «gran política con sentido de Estado». Rubalcaba, su antiguo rival de partido, se mostraba «desolado por la muerte de Carme». La gestora del PSOE lamentó la muerte de «una figura muy importante de nuestro partido, siempre en su vanguardia (…). Siempre desempeñó con tesón, eficacia, sensibilidad y valentía las responsabilidades encomendadas».

CONSTERNACIÓN DE LAMBÁN / «El fallecimiento de Carme Chacón supone una pérdida enorme e irreparable para el país y para el socialismo español. Estamos absolutamente consternados y sumidos en una gran tristeza por la pérdida de Carme en lo mejor de su vida. Nuestro más sincero apoyo a su familia, a todos sus amigos y a toda la familia socialista que hoy ha perdido a uno de sus grandes valores. Que la tierra le sea leve», dijo ayer de Carme Chacón el presidente del Gobierno de Aragón y secretario general de los socialistas aragoneses, Javier Lambán. H.