La Audiencia de Barcelona ha condenado este miércoles a pagar una multa de 1.530 euros a la mujer que el 27 de abril del 2014 agredió e insultó al entonces diputado y líder del PSC, Pere Navarro, cuando este se encontraba en la puerta de la catedral de Terrassa para asistir a una comunión. El fiscal y la defensa han llegado a un acuerdo que ha permitido la rebaja de petición de pena que, inicialmente, era de dos años de prisión por un delito de atentado a la autoridad. A cambio, la acusada ha reconocido los hechos.

El juicio ha durado unos pocos minutos y el tribunal ha dictado, ante el acuerdo de la fiscalía y el abogado de la acusada, sentencia ‘in voce’. A Montserrat P. C. se le ha impuesto un año de prisión, al aplicarle las atenuantes de reparación del daño (hubo un proceso de medicación en la que la mujer redactó una carta de disculpas) y dilaciones indebidas. Y es que el proceso judicial ha tardado en tramitarse tres años y cuatro días, un periodo desproporcionado para un hecho de estas características. Además, para poder rebajar la pena, a la acusada se le ha aplicado el antiguo Código Penal de 1995.

"Un pronto"

Los magistrados, asimismo, han sustituido el año de prisión por una multa total de 1.530 euros, con el condicionante de que la acusada no vuelva a cometer un delito durante un periodo determinado, como suele ocurrir en estos supuestos. Pere Navarro, que se ha personado en la Audiencia de Barcelona para testificar, pero no ha sido necesario. La acusada Montserrat P. C. ha dicho a la salida: “Se ha hecho justicia. Me salió así, un pronto. Se ha hinchado mucho el tema. Pero ya está, no pasa nada”. Navarro, que este miércoles no ha hecho declaraciones, dijo en su día que la agresión era "el resultado del clima de crispación" que vive Catalunya.

El incidente ocurrió sobre las 12.45 horas del 27 de abril del 2014. Pere Navarro se encontraba en la puerta de la catedral de Terrassa, en la calle de l’Església, donde también se encontraba la Montserrat P. C. El fiscal apunta que la mujer “a sabiendas de la condición de autoridad” de Pere Navarro y del cargo que ostentaba en el Parlament y “con ánimo de menoscabar el principio de autoridad”, se dirigió al diputado propinándole un golpe por la espalda. A la vez profirió la expresión: “grandísimo hijo de puta”. Al girarse Navarro, la acusada le dio un puñetazo en la cara, sin causarle lesión. El político, que había sido alcalde de Terrassa, no reclamaba indemnización.