El PSOE sustituirá a Antonio Hernando como portavoz parlamentario en el Congreso, después de su dimisión por la victoria de Pedro Sánchez en las primarias del partido, por un vocero provisional. Este ocupará el cargo hasta el próximo congreso federal del partido, que se celebrará el 17 y 18 de junio, en el que se renovará la dirección de la organización y, por ende, también el grupo parlamentario del Congreso, del Senado y del Parlamento Europeo.

Así lo ha anunciado este miércoles la diputada socialista Adriana Lastra, que pertenece al entorno más cercano del secretario general electo y que está llamada a desempeñar un papel destacado en el nuevo liderazgo de la formación. En declaraciones a TVE, Lastra no ha dado sin embargo el nombre de la persona que ejercería esa portavocía, que tras la dimisión de Hernando ha recaído sobre el secretario general del grupo socialista, el malagueño Miguel Ángel Heredia, afín a Susana Díaz, y que ya se ha puesto a disposición del nuevo secretario general.

Aún así, se da por hecho que él no será el sustituto definitivo, entre otras cosas porque antes de las primarias los 'sanchistas' pidieron su dimisión por unas grabaciones en las que aseguraba que Sánchez había llegado a un pacto con los independentistas para ser investido presidente del Gobierno y descalificaba a algunas compañeras de bancada.

LAS QUINIELAS

Entre los posibles candidatos, todas las miradas apuntan a los dos coordinadores de campaña de Sánchez, el diputado valenciano José Luis Ábalos, que ahora es portavoz adjunto, y la propia Lastra. Pero por otra parte, diputadas 'pedristas' como Susana Sumelzo oZaida Cantera han apostado públicamente por delegar esa labor en la portavoz adjunta Isabel Rodríguez, que apoyó a la presidenta andaluza.

Lastra, no obstante, ha dicho no haber hablado con Sánchez de eso "todavía" y ha insistido en que "las cosas hay que hacerlas con orden para hacerlas bien" y en que hasta después del congreso no se producirán los nombramientos definitivos. Si se hubiera optado por hacerlo ahora, las normas internas obligan a que su elección sea refrendada por el plenario del grupo socialista, que hasta el día 21 de mayo tenía una clara mayoría de diputados 'susanistas', lo que hubiera obligado a Sánchez a elegir a una persona sin excesivas aristas y que pudiera ser aceptada por los parlamentarios para evitar una crisis interna a las puertas del congreso federal.