Tras las elecciones del pasado 9 de marzo, el PP sigue siendo el principal partido de la oposición. De hecho, cuenta con más votos y escaños que en la anterior legislatura. Pero desde que se constató su segunda derrota consecutiva en las urnas, este partido parece estar cerrado por reformas internas, aún por hacer. Nadie sabe, nadie opina, nadie marca posición en los temas del día. O casi nadie. Todos tienen miedo a hablar de asuntos que corresponden a un área que no saben si continuará siendo la suya. La mayoría prefiere limitarse a callar que decir algo inapropiado, cualquier movimiento que pueda conllevar, en esos tiempos revueltos, no salir en la foto del nuevo equipo de dirección.

Esa incertidumbre explica que, mientras los socialistas ocupan a diario grandes espacios en los medios con sus noticias sobre inminentes nombramientos o posibles alianzas, los populares renuncien a pronunciarse sobre cuestiones de actualidad o lo hagan con retardo. Así, la secretaría ejecutiva de economía no emitió hasta ayer un comunicado sobre unos datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), acerca de graves problemas para el sector inmobiliario, que ya se habían publicado el martes.

En rueda de prensa en el Congreso, también ayer, se le preguntó al portavoz en funciones Eduardo Zaplana por asuntos como las balanzas fiscales. Pero no respondió. Según señaló, su compromiso con el PP pasaba únicamente por reunirse con el socialista José Blanco y fijar posición en torno a la composición de la Mesa de la Cámara. Nada más. Del resto se ocupará su sucesor en la portavocía, que será designado el próximo lunes en la retrasada y esperada junta directiva nacional del PP.

Según reza en la convocatoria de esa junta, que ha sido remitida a sus miembros, en la reunión quedarán apuntados los portavoces de Congreso y Senado, además de los cargos de las Mesas de ambas Cámaras. Rajoy quiere también sentar las bases organizativas del cónclave que se celebrará en junio y en el que aspira a mantener el liderato del partido.

Se da por hecho que designará al responsable de la comisión organizadora de ese congreso y de sus ponencias. Para algunos de sus colaboradores, los elegidos para las citadas tareas serán "pistas clave" para deducir el futuro equipo directivo de Rajoy, del que se espera renovación, incluida la secretaría general, que, por el momento, ocupa Ángel Acebes.